En una nueva » prueba de amor » de su alineamiento con los Estados Unidos, Macri anunció ayer su decisión de dar un giro de 360 grados al rol de las Fuerzas Armadas, plasmado en el Decreto Presidencial Nº 683, vulnerando una vez más el rol del Parlamento en la discusión de temas de relevancia nacional y pasando por encima de Leyes como las de Defensa, Seguridad Interior e Inteligencia.
Amparado en la » necesidad de modernización » y de acuerdo a » los nuevos escenarios » y apelando a la amenaza del » narcotráfico y el terrorismo «, Mauricio Macri justificó las medidas como una reivindicación de las tres armas.
Definida desde el retorno de la Democracia, con amplio consenso político y del conjunto de la sociedad, la política pública a lo largo de más de tres décadas definió claramente la separación de las funciones vinculadas a la defensa nacional de las referidas a la seguridad interior.
Para hacer posible según define el Decreto la «integración operativa de sus funciones de apoyo logístico con las fuerzas de seguridad» en ese mismo acto se derogó el Decreto 1691, firmado por Néstor Kirchner que estipulaba que esas fuerzas no tenían permitido asistir en seguridad interior.
Las nuevas directivas permitirán la participación de las Fuerzas Armadas en operaciones punitivas internacionales (siempre lideradas por los Estados Unidos según su propia definición de » países que atentan contra la libertad del mundo»), sumándose como furgón de cola del gendarme del mundo.
Igualmente grave es que el Decreto posibilita la participación de las FFAA en temas de seguridad interior, léase represión de conflictos sociales y gremiales. Ya sea como reemplazo de la Gendarmería y Prefectura en zonas limítrofes para dejar libres a esos efectivos que ya participan en la represión de la conflictividad social, o proveyendo logística para esa acciones represivas. Sobrada experiencia tiene el pueblo argentino con los militares en la calle: el período de 1976 a 1983 exime de todo comentario.
Desde el Consejo del Partido Justicialista de Berisso, rechazamos la implementación por Decreto de nuevas directivas para el funcionamiento de las Fuerzas Armadas y exigimos que sea el Parlamento, que tiene la representatividad de todos los argentinos, sea el ámbito de debate respecto al rol que les cabe dentro de la sociedad.
Roberto Lara – Sec. Cultura, Prensa y Propaganda / Ramón Garaza- Presidente PJ