El PJ de Berisso, cito en calle 166 entre 14 y 15, el Próximo Sábado 21 a las 21 Hs, trae un espectáculo de Humor denominado PERONCHO:
Emanuel Rodríguez es un periodista cordobés que abandonó las redacciones para dedicarse de lleno al humor político. Trabajó diez años en La Voz del Interior, empresa con la que actualmente mantiene un juicio laboral. También se dedicó a la radio y la televisión. En 2011 descubrió el humor político. En realidad, mucho antes, en 2000 comenzó a editar una revista –La piedra en el zapato–, que funciona como antecedente de su stand up. En Peroncho recorre la coyuntura y la historia nacional con la premisa de oponer pasiones alegres a “la revolución de la tristeza amarilla”. Hizo en cuatro años más de 500 funciones por todo el país, casi siempre a la gorra.
Con el rigor informativo que se exige por su otro oficio, Rodríguez atraviesa diversas temáticas y refresca el espectáculo toda vez que pisa el escenario. Escribe mucho y asegura que este Gobierno no para de aportarle material. “Hoy por hoy, obviamente que hablo sobre la pileta que hicieron con la misma profundidad de Intratables; el blanqueo de los familiares de Macri; la venta de humo del anuncio de que no van a permitir familiares en un gobierno que tiene más familiares que Maru Botana en la escuela primaria. Pero de acá a 16 días no sé qué va a pasar. No te dan tiempo a hacer chistes con todo lo que pasa”, advierte.
“El stand up me permite conjugar la escritura con la participación política. Es apasionante, catártico. Y es un desafío creativo sacar alegría de situaciones tristes”, asegura. Rodríguez se siente parte de una generación de comediantes que eligieron el humor como una militancia: él, Grigera, Max Delupi, Pedro Rosemblat y Gustavo Berger, entre otros. “Así como al discurso periodístico se le cayó la careta de la imparcialidad, al humorístico le pasó lo mismo. Decidimos hacer explícita nuestra posición, porque el momento histórico lo estaba reclamando. No deja de ser una manera de participar. Es riesgoso, pero el reconocimiento y el cariño de la gente lo compensan”, expresa.
Respecto del vínculo con el público y de su predisposición a reírse en tiempos difíciles, su percepción es muy parecida a la de su colega: “Ahora me es más sencillo sentarme a escribir, porque el Gobierno produce material todo el tiempo. Pero debo decir que era más fácil hacer humor para un público que llegaba a fin de mes y que no tenía problemas para darles de comer a sus hijos. Hay gente que me dice ‘estoy sin laburo, dejo lo que puedo en la gorra’. Ese abrazo me súper conmueve”. Quizá sean tiempos en los que el género esté llamado a cumplir su función de “trinchera de resistencia y creatividad”.
FUENTE PAGINA 12