Una fuerte polémica sacude al Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI) tras la denuncia de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE). El gremio acusó al organismo de haber quintuplicado el valor en la compra de lentes intraoculares, elevando su costo de $35.000 a un rango de entre $150.000 y $230.000. La denuncia apunta a la licitación pública 12/25, que adjudicó compras por más de $80.730 millones, y sugiere que el nuevo sistema centralizado de adquisiciones facilitaría prácticas de corrupción.
Según ATE, este cambio no solo disparó los precios, sino que también causó demoras en las cirugías, perjudicando a miles de jubilados. El secretario general del gremio, Rodolfo Aguiar, fue más allá, afirmando que el nuevo sistema es una «utilización partidaria de recursos públicos» y que dirigentes afines al gobierno estarían promoviendo esta política bajo sospecha.
En un intento por desmentir las acusaciones, el PAMI salió a defenderse, argumentando que el incremento en el costo se debe a la adquisición de un kit oftalmológico completo, que garantiza una mayor calidad y seguridad para los pacientes. El organismo detalló que el kit incluye un lente de calidad superior, gel viscoelástico individual, un inyector descartable y un código de trazabilidad para auditar el proceso.
Según los cálculos del PAMI, el valor del kit, que asciende a unos $188.635, está por debajo del precio licitado de $160.000, gracias al volumen de compra. Además, el instituto comparó sus costos con los de otras obras sociales y prepagas, como el Poder Judicial ($740.000) u OSDE ($1.148.016), asegurando que sus precios son mucho más competitivos. La entidad también desmintió la existencia de insumos defectuosos, aunque reconoció un evento adverso aislado que ya se está investigando.
La disputa pone en evidencia la tensión entre el gremio y el gobierno en relación a la gestión de los recursos públicos en una de las instituciones más importantes para los adultos mayores de Argentina.