La creciente ola de violencia en las escuelas primarias y secundarias ha encendido las alarmas en la comunidad educativa y la sociedad en general. Lo que antes se consideraban incidentes aislados, hoy parece configurar una tendencia preocupante que exige atención urgente y medidas concretas. Berisso, lamentablemente, no es ajeno a esta realidad, siendo escenario de diversos hechos que ilustran la magnitud del problema.

En los últimos tiempos, varias escuelas de Berisso han sido noticia por episodios de agresiones entre alumnos que hasta incluso debieron tener intervención policial.

Un ejemplo alarmante es el de una adolescente de 13 años quien fue brutalmente golpeada por otras jóvenes a la salida de la Escuela, debiendo ser hospitalizada a raíz de las heridas sufridas o la suspensión de recreos en otro establecimiento, debido a las peleas entre alumnos.

Amenazas constantes entre grados, bulling y padres agrediendo maestras son también moneda común en las instituciones, siendo ejemplos preocupantes y una muestra de la complejidad del fenómeno de la violencia escolar.

Las causas son multifactoriales y van desde problemáticas sociales y familiares hasta la influencia de la violencia en los medios y la falta de herramientas para la resolución pacífica de conflictos en el ámbito educativo.

Es fundamental que las autoridades, la comunidad educativa y las familias trabajen de manera conjunta para abordar este problema de raíz. Se necesitan políticas de prevención efectivas, estrategias de intervención temprana, fortalecimiento de los equipos de orientación escolar y espacios de diálogo y aprendizaje para promover la convivencia pacífica y el respeto en las escuelas. Berisso, al igual que otras comunidades, tiene el desafío de construir un entorno escolar seguro y protector para sus niños y jóvenes, donde la educación sea el camino hacia un futuro mejor, libre de violencia.

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