Berisso se suma a los otros distritos gobernados por cambiemos, que por exigencia de la gobernadora VIDAL arroja a sus trabajadores a la calle. Jorge Nedela, Martiniano Molina , Diego Valenzuela y Ramiro Tagliaferro son los ejecutores de las políticas provinciales en sus municipios.
Con ordenanza de emergencia o sin ella varios trabajadores que prestaban su servicio al municipio de manera precarizada, hoy están desempleados. Becarias que tenían un sueldo de 2500$, personal contratado al cual no se le renueva el vinculo y cooperativistas son números que pasaran a engrosar los indices de desempleo, para que le cierren la cuentas a la provincia.
«Los números ya no cierran con la gente adentro», son despojos arrojados a la incertidumbre, a la angustia de no poder planificar su vida, a las disoluciones familiares, al infierno del alcohol como escape o a incrementar la tasa de suicidios. Berisso tiene, o debiera tener fresca la memoria de los años 90, por eso duele la repetición de la historia que transitamos estos días.
Dos años de gestión no le alcanzaron a Jorge Nedela para advertir las dificultades financieras del distrito, despilfarrando millones de pesos en algunos cordinadores/as ineptos/as o con puestos fantasmas (ñoquis), creados al solo fin de pagar compromisos políticos, sin poner en riesgo su frágil alianza con el pro local.
La matriz del déficit económico en Berisso, no transcurre por quitarle el plato de comida a los trabajadores que fueron cesanteados. El despilfarro tiene otros nombres como beneficiarios, laderos del poder que se la llevaron sin ningún esfuerzo.
Hoy el intendente debe exhibir las cabezas cortadas como tributo a la «leona», y que se digne a enviar las partidas necesarias para sobrevivir un tiempo mas.