En el corazón del Barrio Obrero de Berisso, la Iglesia San José Obrero se erige como un símbolo de fe arraigada y un activo centro de la vida comunitaria desde su fundación. Con más de seis décadas de historia, esta parroquia no solo ha sido un lugar de encuentro espiritual, sino también un motor de iniciativas sociales y un refugio para los más necesitados.

La historia de la Iglesia San José Obrero se remonta al 20 de enero de 1957, cuando fue erigida canónicamente por el entonces Arzobispo de La Plata, Monseñor Antonio José Plaza. Sin embargo, su impacto en la comunidad comenzó incluso antes, con la llegada del Padre Pascual Ruberto Giuliano, quien fue designado Vicario Ecónomo ese mismo año y luego se convirtió en su primer párroco.
El Padre Ruberto, recordado cariñosamente como el «Cura Gaucho», dejó una huella imborrable en la parroquia y en todo el barrio. Su incansable labor pastoral se caracterizó por un profundo compromiso con la Doctrina Social de la Iglesia y una ferviente defensa de los derechos de los trabajadores y los más humildes. Fue un gran impulsor del Movimiento de Cursillos de Cristiandad y del Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana, sembrando semillas de fe y compromiso en numerosas personas.

Durante sus casi 35 años al frente de la parroquia, hasta su fallecimiento el 1 de julio de 1992, el Padre Ruberto se convirtió en un referente moral y espiritual para la comunidad obrera de Berisso. Su cercanía con la gente, su valentía para denunciar las injusticias y su dedicación a las causas sociales lo hicieron merecedor de un profundo respeto y cariño. Sus restos descansan hoy en la misma parroquia, como testimonio de su entrega.
A lo largo de los años, la Iglesia San José Obrero ha continuado su labor pastoral y social, adaptándose a los nuevos tiempos sin perder su espíritu fundacional. Ha sido un espacio de celebración de la fe, de consuelo en los momentos difíciles y de promoción humana a través de diversas iniciativas.

En la actualidad, la parroquia sigue siendo un punto de encuentro vital para la comunidad del Barrio Obrero. Se celebran misas, sacramentos y actividades pastorales, pero también se llevan adelante proyectos de ayuda social, talleres educativos y espacios de contención para quienes más lo necesitan.
Recientemente, la comunidad parroquial celebró los 60 años de la institución, recordando con gratitud la figura del Padre Ruberto y renovando su compromiso de seguir siendo un faro de esperanza y solidaridad en Berisso. La Iglesia San José Obrero continúa siendo un testimonio vivo de cómo la fe puede transformarse en acción concreta para construir una sociedad más justa y fraterna.