En la tarde de ayer dos funcionarias de Jorge Nedela, se trenzaron en combate cuerpo a cuerpo, quien las quiso separar…. termino todo arañado


El horno no está para bollos en el municipio. La guerra de egos y fracturas políticas suman tensión a la ya difícil convivencia en una alianza política que carece de liderazgo. Pasado el mediodía de este miércoles en el palacio municipal de nuestra ciudad, se comenzó a escuchar una discusión  entre dos mujeres. Desde las distintas oficinas hacían callar a sus compañeros de trabajo con un shhh¡¡¡ callate que hay quilombo… Escuchas?

Mientras los empleados «paraban la oreja» el altercado subió de tono. Fue así, que de una discusión en tono elevado. paso a gritos con la garganta enrojecida. Pero la cosa no terminó allí, a esta altura hasta en la guardia nueva del hospital se habían percatado que la trifulca provenía de la oficina de promoción social. Testigos involuntarios aseguran que una mera cuestión de gestión fue tornándose en algo de tono personal entre las protagonistas.

El cuadrilátero imaginario tenía en el rincón «rojo» a la actual secretaria de promoción social, la señora Manuela Chueco. En el otro extremo del ring y también novicia en la gestión, ya que ingresaron al igual que la ex periodista este año, la señora Mónica Romero, directora del hogar de ancianos.

Una vez comenzado el combate las piñas surcaban el aire al ritmo de epítetos irreproducibles, hasta que se agarraron de la mechas y la cosa se desbordó.

Mientras el resto de los empleados en la oficina no optaron por acercarse por temor a salir herido o sancionado, siempre hay un comedido que intercede.

Fue así, que con las dos funcionarias tirándose de los pelos, de pie pero con la cabeza a la altura de la cintura de su rival, quien ofició de árbitro no la sacó barata.

Es que al igual que el polémico referee de titanes en el ring, Daniel Fopiani quiso sujetar a la rival de su jefa que no resultó presa fácil.

La escena final de este dramático momento vivido en el municipio fue un empate, ya que en insultos, golpes y tirada de pelos, la pelea fue tan intensa como pareja. El gran perdedor, fue el director de institutos Daniel Fopiani quien terminó arañado en el rostro cuello y espalda.

A metros de allí la esposa de Fopiani, que también es empleada de Chueco, sostenía su mirada clavada en los ojos de Mónica Romero, quien envalentonada y desafiante le espetó… ¿Que miras? que para vos también hay.

En el rincón rojo y con el banquito en su mano derecha, estaba Jorge, intentando consolar a su pupila con un «quédate tranquila Manu. que la vamos a dar vuelta».

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