En la última asunción de Concejales de Berisso, el Intendente Fabián Cagliardi, resaltó la figura de su «nueva amiga libertaria» Florencia Arietto, con quién «maneja» el destino de la Clínica Mosconi. Pero ¿quien es María Florencia Arietto?

Nacida en Salto, Provincia de Buenos Aires, en 1977, es una abogada penalista, empresaria y ahora senadora bonaerense y uno de los ejemplos más notorios de la plasticidad ideológica en la política argentina, un fenómeno marcado por la alta exposición mediática, los saltos partidarios dramáticos y una retórica confrontativa.

Su biografía comienza en un ámbito que ella misma reivindica como «peronista y de izquierda», participando en ONG y como asesora en el Ministerio de Seguridad (2011-2012) bajo la gestión de Nilda Garré.Este origen choca violentamente con su posición actual como una de las voces más estridentes de la derecha y la «mano dura».

El camino de Arietto es una constante migración que ha sido catalogada por sus críticos como una simple «obsesión por figurar» que pasa por encima de cualquier convicción sostenida.

Tras renunciar a Seguridad con la llegada de Sergio Berni, asumió en 2012 como jefa de Seguridad del Club Atlético Independiente, prometiendo una «cruzada anti barras bravas», un paso recordado por su brevedad, sus «escasos resultados» y su renuncia tras un conflicto con la directiva, de la que era encargada de la denuncia contra Hugo Moyano.

Su trayectoria la llevó luego al Frente Renovador (massismo), espacio que abandonó rápidamente. El salto decisivo fue su alineación con el PRO/Cambiemos, donde se convirtió en asesora de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad, una alianza que, en un momento de quiebre, llevó a la propia Bullrich a tildarla de «mercenaria».

La controversia se intensificó con su ingreso a la función legislativa. En 2023 fue electa senadora bonaerense por Juntos por el Cambio, pero en un movimiento que sorprendió a propios y extraños, dio un nuevo y dramático salto en marzo de 2024, integrándose al bloque La Libertad Avanza (LLA), apenas meses después de asumir su banca.

Este constante cambio de camiseta es visto como la evidencia de una voluntad de poder que no reconoce fidelidades.

Sus escándalos no son solo políticos, sino que se centran en la confrontación directa con el «pueblo» organizado, especialmente trabajadores y sindicatos, bajo su consigna de combatir la supuesta «industria del juicio» y la «mafia sindical».

Estas declaraciones le valieron una denuncia ante el Tribunal de Ética del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora. Además, como abogada de empresas, enfrentó derrotas judiciales en conflictos laborales, como el caso de Lácteos Vidal, donde la Justicia falló a favor de la reincorporación de los empleados despedidos.

El conflicto más visible y directo ocurrió en agosto de 2025, cuando, en su rol de senadora de LLA, viajó a Santa Fe para «defender a la pyme» en medio de una huelga en la fábrica Vassalli. Los trabajadores, que reclamaban sueldos impagos y falta de obra social, la recibieron con gritos y abucheos, expulsándola del lugar con recriminaciones de «¡Caradura!» y desmintiendo que su reclamo fuera por un «apriete» sindical, sino por la deuda millonaria que la empresa tenía con ellos.

La trayectoria de Florencia Arietto, con sus contradicciones ideológicas y su estilo personal, es un reflejo de la política de espectáculo, donde la provocación constante y la estrategia mediática parecen ser la brújula principal de su carrera.

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