La credibilidad del presidente Javier Milei atraviesa su momento más crítico tras la filtración de pruebas que contradicen sus recientes declaraciones públicas. Menos de 24 horas después de que el mandatario asegurara en una entrevista televisiva que «no hubo estafa» y negara vínculos con el empresario estadounidense Hayden Davis, una investigación periodística reveló la existencia de un acuerdo confidencial firmado en el corazón de la Casa Rosada que vincula directamente al Poder Ejecutivo con el impulsor de la polémica criptomoneda $Libra.

Los registros oficiales detallan que Davis arribó a Buenos Aires el 30 de enero de 2025 tras un pedido de urgencia del propio Milei. En aquel encuentro, que habría durado apenas veinte minutos, ambos sellaron un documento que designaba al empresario como asesor ad honorem del Gobierno en materia de blockchain e inteligencia artificial.

El texto del acuerdo, redactado llamativamente en español pese a que Davis no domina el idioma, incluía cláusulas de confidencialidad extrema sobre proyectos de digitalización de documentos públicos y automatización estatal.

La cronología de los hechos resulta comprometedora para la administración de La Libertad Avanza. El pacto secreto se firmó solo dos semanas antes del lanzamiento oficial de $Libra, ocurrido el 14 de febrero.

En aquel entonces, el token alcanzó una capitalización millonaria impulsada por la promoción activa del presidente en sus redes sociales personales, para luego sufrir un desplome estrepitoso que licuó los ahorros de miles de pequeños inversores.

Pese al intento del presidente por presentar el caso como un riesgo de mercado asumido voluntariamente por los usuarios, la aparición de este vínculo formal y la mediación de lobistas cercanos al entorno de Karina Milei complican la narrativa oficial.

A esto se suman informes del Sistema de Información Financiera y Regulación Antilavado (SIFRAI), que detectaron movimientos financieros sospechosos y transferencias millonarias a intermediarios vinculados a funcionarios públicos.

El escándalo por la denominada «criptoestafa más grande de Latinoamérica» deja a la Casa Rosada en una posición de extrema debilidad institucional, con una defensa presidencial que, ante la contundencia de los registros oficiales y las fotos filtradas, parece haberse desmoronado en menos de un día.

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