Las PASO estaban frescas y habían dejado un sabor amargo. El «Primer Piso», los pibes maravilla, le habían fallado al Intendente Fabián Cagliardi al perder 21 mil votos y haber quedado muy cerca de un macrismo que festejaba agrandado.

Algo había que hacer. El Intendente había prometido un triunfo histórico y lo único que podía pasar a la historia era su derrota. Los medios,hasta «los pagos», titulaban sus pesares y le mostraban la perdida de votos como algo personal.

Nada ayudaba. Todos señalaban al «cerebro», Martín Fernández, como el Padre de la Derrota y no había «chamuyo» que lo salvará. Mientras tanto el abogado, Jefe de Gabinete y orgullo de la familia Cagliardi, Ramiro Crinchuk, no lograba cerrar las Paritarias Municipales y los trabajadores tildan de soberbio al sobrino y al tío.

Ni las damas le daban paz. Su Secretaria de Gobierno, Aldana Iovanovic y su Jefa de Personal, Victoria Curuchet, se peleaban con todos y los empleados las apuntaban por «aprietes», ya ni la Fiesta del Inmigrante había salido en Paz y fueron apuntados.

En medio de todo esto y luego de «apretar» a sus funcionarios y prometer que se «irían a su casa si no entraban 8 concejales», el Intendente Cagliardi sabía que algo debía hacer y aunque no sabía que, el hombre acostumbrado a los negocios recordó a su viejo amigo.

En medio de todo esto es que aparece la figura de Slezack. El viejo Jefe venía en ayuda de su ex proveedor. Después de todo ¿Quién mejor en el juego de campañas que alguien que tiene experiencias sobradas y triunfos suficientes?. Pero como todos sabemos, nada en el mundo Slezack es gratuito.

Lo primero fue colocar al heredero al frente de los recursos de la campaña, era el nuevo jefecito, adiós el primer piso, ahora eran subordinados. Lo Segundo era darle espalda a la sexta candidata, la ex Secretaria y una mujer del «riñón» Nadina Brizzi, quien venía a «sacudir» la rama y a enseñarle a «los pibes» como se camina los barrios. Tal es así que hasta el Primer candidato se quejaba de su agenda «apretada» y ella le respondía «esto es así, si queremos ganar hay que andar».

Por último, el Estratega, se aseguró que todo el mundo supiera que el era «el hombre» y en dos días se sacó no menos de tres fotos sentado al lado del Intendente, una en el despacho del Intendente y otra en su Unidad Básica del Barrio Obrero. Ya no habría dudas, el que antes era inombrable, el «negado» una y otra vez estaba al mando.

El resto es historia. La Unidad Básica Barrio Obrero recuperó el antiguo ritmo, los viejos amigos fueron llamados, el primer piso marginado y la campaña reencausada. La oposición denuncia «juego sucio» pero la realidad es que no vieron venir a «Quique» y sus artimañas electorales, todas válidas y de la vieja escuela; autos, llamados, territorio, carteles. La vieja guardia estaba de vuelta.

Este domingo a las 21 horas el plan había dado resultado. Slezack llamaba a Cagliardi para recordarle quien había Sido el Padre de la Victoria y para hacerle saber que en política «Nada es Gratis» y ahora es tiempo de pagar.

Según algunas voces, él ex Intendente ya habría pedido la Presidencia del PJ, haciendo enojar a Garaza, otro de los socios apartados del Intendente, mientras que Mincarelli, enemigo íntimo de Slezack no sabe para dónde salir y las Organizaciones Sociales, importantes en la primera campaña, temen perder los «beneficios».

Algunos puestos claves dentro del Ejecutivo, también estarían en la mira para «recomponer» el gobierno, dice el Quiquismo. Personal, Seguridad, Salud, Jefatura de Gabinete y Producción están en la lista.

Volvió Slezack y el tablero del oficialismo tiembla.

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