Una mujer denunció en sus redes sociales el lamentable estado en que se encuentra el lugar. «El techo se viene abajo, no hay materiales odontológicos y el personal atiende como puede», aseguró.


La falta de estructura y la precariedad laboral afectan fuertemente a los hospitales públicos, y la situación llegó a la salita N° 35 de Berisso, ubicada en calle 37 entre 126 y 127. Yesica Micaela Villarreal, una vecina de esa localidad, dejó plasmada la situación con algunas fotos en su cuenta de Facebook, donde se quejó del mal estado del lugar y la imposibilidad de atender dignamente al público.

Según denunció, y como puede verse en un cartel pegado en la puerta, no hay vacunas porque no tienen heladeras para refrigerarlas. Además el techo «se cae a pedazos», las paredes tienen agujeros y azulejos rotos -siendo que cualquier niño o niña podría lastimarse si los toca-, «no hay materiales odontológicos ni ginecológicos» y el personal «atiende como puede y con lo que tiene».

Villarreal también aseguró que «cuando llueve las paredes dan corriente«, y llamó la atención sobre el hecho de que en ese mismo establecimiento se brinde apoyo escolar y contención infantil. «Vergüenza le tiene que dar al intendente… Mientras en Ensenada inauguran una salita nueva acá se vienen abajo… Ni siquiera haciendo campaña aparecen», cerró.

En las fotos que acompañan el posteo puede verse la desidia del lugar: puertas rotas y paredes picadas, vidrios salidos sin cintas de precaución y lo más importante: la falta de refrigeración para vacunas que impide que niños, niñas, adultos y adultos mayores puedan tratarse y vacunarse en el luga

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