Un hombre jubilado, ex personal jerárquico del Servicio Penitenciario bonaerense y residente de Berisso, vivió una pesadilla luego de concertar una cita a través de una aplicación con una joven de 24 años en el barrio porteño de Boedo. Lo que comenzó como un encuentro romántico terminó en un brutal asalto en su domicilio de Altos de Los Talas, donde fue drogado, golpeado y despojado de sus pertenencias por la mujer y sus cómplices.

Según relató la víctima, identificada como Gabriel, había conocido a la joven en línea y ya habían tenido un encuentro previo en Capital Federal. El sábado por la noche, la fue a buscar a Boedo con la intención de compartir una velada en su casa. Sin embargo, la mujer, actuando como una «viuda negra», solo tenía intenciones delictivas.

Gabriel detalló cómo la joven aprovechó el momento en que preparaba la cena para colocar un potente somnífero en su copa de champagne. Tras ingerir la bebida, comenzó a sentirse mareado y se fue a recostar, quedando inconsciente durante aproximadamente 15 horas.

Durante su estado de somnolencia, el jubilado escuchó voces masculinas y sintió golpes en su cuerpo. Incluso, oyó a uno de los agresores decir: «Cortale el cuello, por la plata», lo que revela la extrema violencia y peligrosidad de la banda.

El botín sustraído fue considerable: un millón de pesos en efectivo, dos televisores nuevos, una notebook, una computadora de escritorio, joyas de oro de su madre, dos teléfonos celulares, perfumes y anteojos. Además, los delincuentes se llevaron las llaves de la vivienda. Sin embargo, lo que más angustia a Gabriel es la pérdida de la moto de un amigo, valuada en más de 13.000 dólares, que se encontraba guardada en su casa.

Un detalle que desconcertó a la víctima fue cómo los delincuentes lograron evadir a sus perros guardianes sin que estos los atacaran, ya que no fueron ni drogados ni envenenados, lo que sugiere la profesionalidad de la banda.

Antes de huir, los asaltantes dejaron una escalofriante nota con una amenaza de muerte: «Vamos a volver, muerto vas a estar».

Tras despertar y lograr conducir hasta la comisaría segunda de Berisso para radicar la denuncia, Gabriel fue trasladado al Hospital Larraín, donde permaneció internado algunas horas. Su cardiólogo advirtió que, debido a su condición cardíaca preexistente, pudo haber sufrido una muerte súbita. «Estoy vivo de casualidad», enfatizó la víctima.

Ahora, Gabriel espera que la investigación policial avance para identificar y detener a los responsables de este violento robo y las graves amenazas recibidas. Este caso se suma a una creciente preocupación por la modalidad de estafa y robo conocida como «viuda negra», donde personas utilizan el engaño y la seducción en citas para cometer delitos contra sus víctimas.

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