Nuestro “querido” Berisso, nunca mejor aplicado lo de querido.
Esta palabra en el diccionario tiene dos acepciones:

  1. Respecto de una persona casada, persona que mantiene una relación amorosa o sexual estable con ella.
  2. Se usa en los encabezamientos de las cartas dirigidas a alguien con quien se mantiene una relación de confianza, especialmente amistosa o afectuosa, precediendo al nombre que señala al destinatario.

En la Calle Nueva York, en apenas unas seis cuadras, desde los frigoríficos hasta la Usina, con construcciones diferentes, cada fachada con su estilo. Según el local comercial que fuese o la casa particular. Según los recursos económicos del propietario o el establecimiento en común que compartían los diferentes inquilinos de algún conventillo.


Adoquines, chapas, colores estridentes, carteles, adornos en madera y toldos, fueron testigos de infinitas relaciones.


Se cuentan más de quince mil almas transitando esos escasos metros del pequeño conglomerado que relacionaba a tantos inmigrantes.

Esto hace que la palabra Querido/a, fuese en su idioma de destino seguramente una de las más utilizadas. ¿Cuántas cartas enviadas, cuántas conversaciones en una esquina, en un bar o en la salida del trabajo? ¿Cuántas relaciones amorosas que se gestarían entre tanto ir y venir?


Una de las más disimuladas pero que se conocía como un gran secreto a voces era la de la mujer del fundador de la Mansión de los Obreros.


Eduardo Wilde médico, periodista, político, diplomático y escritor argentino. Se casó con Guillermina Oliveira Cézar, cuando ella tenía 15 años y él 40.


En 1882 el presidente Julio Argentino Roca lo designó Ministro de Justicia, Culto e Instrucción, y bajo su dirección se dictaron dos leyes decisivas de la organización institucional laica del país: ley de educación laica y ley de matrimonio civil.


Cuenta la leyenda que Julio Argentino Roca, al conocer a la esposa de su amigo, se enamora perdidamente. Ella le corresponde a ese sentimiento.


Toda la alta sociedad porteña conocía este fogoso e intenso romance entre la mujer de veinticinco años y su amante de cincuenta.


Sin embargo afirman que el Doctor Wilde ni siquiera sospechó de este vínculo entre su amigo y su señora esposa.


¿De cuántas historias amorosas más será testigo esta Nueva York?


Te comparto mi video, en el cuál junto a Marcelo Marsicano hacemos mención de estas anécdotas de amores en el frigorífico.
Te invito a que te Suscribas así más gente puede ver este material y a que nos cuentes si conoces el comienzo de un amor en nuestra emblemática calle.

Gisela Dello Russo. VeoVeo__

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