Mientras algunos sectores políticos de la oposición han decidido salir a publicitar cada una de sus mínimas “obras de Bien”, cientos de vecinos de Berisso trabajan denodadamente tan solo por el placer de ayudar, con un “Gracias” como pago a tanto esfuerzo cotidiano.
Cientos de viandas se fueron hoy de la Delegación 1, donde los Trabajadores Municipales cocinaron y repartieron, sin cobrar un solo centavo ni horas extras.
En el fondo de la Unión, los vecinos hicieron una olla popular y también repartieron entre los más necesitados. En Santa Teresita, más de cincuenta chicos tomaron su merienda con pan casero, galletitas y un yogurt para la noche y en la Nueva York, desde éste mediodía se cocina locro. Y esa es solo una muestra de lo que pasa en Berisso.
Lejos de las fotos publicitarias y de las pautas periodísticas, los verdaderos “héroes” trabajan hoy denodadamente.
En el Hospital de Berisso, las enfermeras siguen atentas el dolor de los pacientes y son consuelo. Un medico con 24 horas de guardia se pasea por las salas de internación para luego bajar rápido a la guardia, el personal de limpieza limpia el desorden que generó una urgencia, mientras en la cocina se aprestan para la cena.
A pocas cuadras un agente policial de otra ciudad, llama a su familia que está lejos y otro sale de su casa para tomar una guardia que no sabe que le deparará. Algún bombero se apresta para su tercer pava de mate esperando que el teléfono suene y en la Guardia de Defensa Civil rezan por una noche tranquila.
A pocas cuadras, en pleno centro, la gente del COM mira atenta un monitor y se asegura que todo esté bien, mientras se comunican desde el 911 con la guardia del SAME por una urgencia.
Todos sin una foto, todos sin publicidad y sin embanderarse detrás de un Partido político. No son “LA JUVENTUD DE…”, no son los “ESTANDO DONDE HAY QUE ESTAR”, son los anónimos, son los silenciosos, son los que ayudan de verdad.