Siempre pensé que los terremotos sucedían lejos, los asocio con las montañas de nuestra cordillera, con nuestro jardín de la República o la lindura del Norte.

Estas tardes de calor me puse a investigar sobre hechos históricos de la región.
En pleno verano busqué sobre la playa, el agua, la costa y la paz de una noche tórrida frente al río.Y fue asi, encontré, pero descubrí todo lo contrario.


Frio, 5 de junio, año 1888, pasada la media noche unos minutos; de pasividad y descanso, nada.

El suelo comenzó a estremecerse.
Los que estaban durmiendo no comprendían si habían despertado o era un mal sueño.


Crujian las maderas, las pequeñas casas se lamentaban intentando hacer equilibrio sin desmoronarse.


Esos momentos fueron de incertidumbre completa. ¿Habría caído un meteorito? ¿Alguna bestia gigante estaba caminando hacia el pueblo? ¿Algún hechizo maléfico? ¿Las casas decidían al unísono quejarse por rebeldía?

Al día siguiente, algunas certezas hubieron. La falla del Rio de la Plata se había expresado, decidió moverse y producir un sismo de 5.5 grados de magnitud en la escala de Ritcher. A unos 14 km de Colonia del Sacramento, Uruguay y a 40 km aproximadamente de la cuidad de Buenos Aires.


Este temblor ocasionó que el Rio de la Plata, cambie la intensidad de su oleaje. Las aguas avanzaron de manera abrupta sobre la costa.

No se tiene registro de daños graves, ya que en esta época eran las construcciones edilicias escasas al igual que la población en ambas márgenes. Sin embargo un barco a vapor sufrió las consecuencias mientras navegaba por el medio del canal en plena noche cerrada, pero eso te lo cuento en el video.


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