«En mayo el nivel general de salarios subió 4% en términos reales», festejó entonces en redes sociales el propio ministro de Economía, Luis Caputo. Su posteo fue acompañado por un gráfico en el que muestra que el piso salarial estuvo entre febrero y marzo, mientras que entre abril y mayo comenzó a verse una recuperación del ingreso real.
Pero no solamente el mismo gráfico evidenciaba que el salario real solo se recuperó parcialmente y sigue 13 puntos abajo de noviembre. Además, oculta que parte de la suba se debe precisamente al aumento paralelo del desempleo.
No es un secreto para nadie que la desocupación comenzó a subir rápidamente a partir de la recesión y el cierre de empresas.
El propio Indec mostró, a fines de junio, que la desocupación subió dos puntos durante el primer trimestre de este año para ascender al 7,7%. Proyectando la medición del organismo estadístico a toda la población económicamente activa, esto equivale a 437.000 nuevos desempleados en tres meses. Se trató del reverso del cierre de más de 3.500 empresas en el mismo período.
El dato clave es que esta tendencia no se revirtió. Es decir, la recuperación parcial de los salarios reales no fue acompañada por una nueva creación neta de empleo, señalan los analistas del mercado laboral. Pese a que aún no hay cifras oficiales concretas, describen este fenómeno en términos cualitativos.