Todo sucedió en el Barrio Solidaridad cuando efectivos del Gabinete Técnico Operativo de la comisaría Primera, con apoyo de agentes de otras seccionales, registraron cinco domicilios luego de un brutal episodio.


El caso que motivó los allanamientos sucedió el 4 de julio cuando cinco individuos irrumpieron en la casa de un joven de 29 años y lo torturaron en un robo.

La víctima fue obligada a arrodillarse y padeció un simulacro de fusilamiento, en el que le dispararon dos tiros cerca de la cabeza, para luego atacarlo a culatazos y con una llave cruz.

El damnificado terminó con cortes en la cabeza y debió ser internado. Los médicos debieron aplicarle puntos de sutura en el Hospital Larrain.

Los intrusos se fueron con objetos de valor, aunque la irrupción en la vivienda tendría que ver también por conflictos previos.

De hecho la víctima habría reconocido a algunos de los atacantes y eso fue clave para avanzar en la pesquisa.

Así fue que en uno de los allanamientos en el Bario Solidaridad los policías detuvieron a uno de los sospechosos, un joven de 24 años, pero de inmediato se produjo un enfrentamiento con casi un centenar de vecinos, los que arrojaron piedras a los patrulleros y efectivos con el fin de evitar la aprehensión.

Los uniformados debieron abandonar el barrio con móviles policiales con daños considerables  y con algunos de los agentes con lesiones leves.

Ante la resistencia en el bario no se pudo lograr las detenciones de los otros cuatro sospechosos.

En el caso interviene la UFI N° 7 de la fiscal Virginia Bravo.

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