El costo de la canasta básica alimentaria (CBA), según indicó el último informe del INDEC, subió 7,1% en julio, por lo que un grupo familiar compuesto por dos adultos y dos menores necesitó percibir ingresos por $111.642 para no caer en la indigencia.
Por su parte, el costo de la canasta básica total (CBT), que además de alimentos mide precio de la indumentaria, transporte y servicios, también marcó un incremento de 7,1% en julio, por lo que el mismo grupo familiar necesitó contar con ingresos por $248.962 para no caer debajo de la línea de la pobreza.
Ante ésta realidad innegable, un amplio sector de trabajadores formales e informales de Berisso, se debaten entre estos dos espacios sociales, intentando subsistir en medio de una crisis económica asfixiante y un estado municipal que no colabora para apalear la situación.
Incrementando la informalidad mediante la creación de «pseudo cooperativas» y lejos de crear ámbitos de crecimiento real para puestos de trabajo genuinos, el Ejecutivo Municipal de BERISSO conducido por Fabián Cagliardi, ha abonado la teoría de «trabajador-costo», la misma que indica que el sueldo de un trabajador es un «Costo» que el patrón debe achicar al mínimo margen.
Claro está que ésta teoría no aplica para familiares y amigos, sino para pasantes y cooperativistas que quedan a la buena de los verdaderos beneficiados con las contrataciones directas, que en todos los casos suelen ser, amigos del poder.
Con éstas premisas claras, los trabajadores berissenses que trabajan baja la órbita del municipio gestionado por Cagliardi pueden aspirar a ser «con mucha suerte y si el patrón los beneficia» POBRES.