La inflación en Argentina fue del 1,9% en agosto, pero para los residentes de la región el impacto en sus bolsillos fue mucho más duro. Según un nuevo estudio de la Fundación FundPlata, la canasta básica de alimentos en la capital bonaerense se disparó un 3,2%, una cifra que duplica el 1,5% registrado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) durante el mismo período. Este aumento desproporcionado subraya la creciente presión económica que enfrentan las familias de la región.
El informe, que analizó 26 productos en 13 barrios platenses, señala que el alza fue impulsada principalmente por los precios de las verdulerías, que escalaron un 9%. Los almacenes y las carnicerías también contribuyeron al aumento, con subas del 2,4% y 2%, respectivamente.
El tomate: un lujo para la mesa
Entre los productos que más influyeron en este repunte, el tomate se llevó la peor parte, con un impactante incremento del 51,3% en un solo mes. Otros productos frutihortícolas también subieron significativamente, como la naranja (13%) y la manzana (10%). La harina de trigo (11,7%) también se destacó, afectando directamente a los hogares que destinan una gran parte de sus ingresos a alimentos de primera necesidad.
Presión inflacionaria que no cede
Si bien la canasta local de FundPlata no es comparable directamente con las mediciones del INDEC para el Gran Buenos Aires, la brecha sirve como una referencia clara de la presión inflacionaria que soportan las familias de La Plata.
Los aumentos de agosto se suman a una tendencia alcista ya visible. En julio, la canasta platense había subido un 1,1%, con productos como el pollo y la papa también registrando alzas notables. La volatilidad, especialmente en el sector frutihortícola, es una constante que marca la economía local. Los analistas advierten que la persistencia de estos incrementos, que en términos interanuales superan el 25%, no solo limita el consumo sino que también reduce la capacidad de ahorro y presiona la economía regional en un contexto de poder adquisitivo a la baja.