Una hecho ocurrido en las últimas horas y que involucra a un efectivo policial, puso en alerta a la división de Delitos Cibernéticos, luego que el efectivo fuera extorsionado e inducido a pagar 320 mil pesos y entregar su arma reglamentaria. Pero la modalidad es muy utilizada y el alerta es para todos.

Según trascendió todo comienza por las redes sociales, aplicaciones como Facebook, Instagram e incluso Tinder son las más comunes y las que captan a las víctimas.

Todo comienza con una mujer que demuestra interés en los incautos buscadores de mujeres. Allí la supuesta «dama» comienza una conversación, aparentemente casual, en dónde obtiene información valiosa, como por ejemplo, edad, estado civil, trabajo y domicilio de la víctima.

Luego de un momento, la conversación va subiendo de nivel, cambiando el diálogo a un chat privado de WhatsApp, para derivar en un posible encuentro sexual y es ahí cuando la «dama» es quien da un primer paso, enviando una foto sensual y exigiendo a la incauta victima a hacer lo mismo.

Es así como los maleantes se hacen de fotos y videos privados que podrían comprometer al hombre, quien piensa que está hablando con una mujer.

Una vez terminada la charla, todo vía mensajes ya que ella dice no poder hablar en ese momento, se despiden prometiendo nuevos encuentros, reales o virtuales. Es ahí cuando los delincuentes, con todos los datos en su poder, se contactan con la víctima.

Desde allí son dos las modalidades; si el hombre es casado, lo amenazan con dar a conocer las fotos y los vídeos para que su mujer se entere, pero si trabaja en el Estado, la modalidad cambia y la amenaza es con una detención ya que se hacen pasar por personal de la DDI o Policía Federal, que iniciará una supuesta causa que arruinará a la víctima, a no ser que ésta pague una suma considerable de dinero.

Sea por vergüenza o por temor, hay muchos que no denuncian la situación, quedando presos de extorsiones continuas, hasta que la víctima no tiene más que dar.

Según fuentes policiales, la mayor cantidad de estas estafas se realizan desde la cárcel, dando a la penitenciaría de Gorina como uno de los centros de estos hechos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *