El arquero Nahuel Losada, oriundo del barrio Santa Cruz de Berisso, coronó su trayectoria de esfuerzo y resiliencia al consagrarse campeón de la Copa Sudamericana con Lanús, convirtiéndose en la figura estelar de la final disputada anoche en Paraguay.
Hay historias que inspiran, y la de Losada es un testimonio del poder de la perseverancia. Nacido y criado en Berisso, el arquero forjó sus inicios en Saladero F.C. antes de pasar por las inferiores de Estudiantes de La Plata.
Cuando quedó libre, la incertidumbre y la necesidad lo llevaron a volver a la ciudad, donde tuvo que trabajar manejando el taxi de su padre para sostenerse y colaborar en su hogar. En ese tiempo, mientras buscaba un lugar en el fútbol, también asumió la responsabilidad de ser padre muy joven, una prueba que lo obligó a crecer sin abandonar su vocación.
Esta etapa, lejos de ser un final, se convirtió en un envión. Tras pasar por Atlanta y ser pieza clave en el histórico ascenso de Belgrano en 2022, Losada llegó a Lanús para escribir el capítulo más glorioso de su carrera.
La recompensa a todo ese esfuerzo llegó en la final continental. Tras un tenso 0-0 ante Atlético Mineiro, la definición se extendió a los penales. Fue allí donde el berissense de 32 años se transformó en el héroe indiscutido, exhibiendo un temple de acero.
Losada se lució atajando tres penales a los jugadores rivales, incluyendo al temible delantero brasileño Hulk. Sus decisivas intervenciones no solo sellaron la victoria para el «Granate», sino que confirmaron su calidad para las grandes citas.
Mientras Lanús festejaba en Asunción, en Berisso el triunfo se vivía con un orgullo especial. Nahuel Losada, el joven que se subió a un taxi para mantener viva su vocación, hoy levanta un trofeo continental, llevando el nombre de su barrio y su ciudad a la cima de Sudamérica.




