Una dueña de un local de ropa, al límite entre La Plata y Berisso, sufre un nuevo asalto a pesar de haber reforzado la seguridad. «Ya no sabemos qué más hacer», lamentó.

​La resignación y la impotencia se apoderan de la dueña de un local de ropa ubicado en la intersección de 122 y 69, en el límite entre La Plata y Berisso, tras sufrir su séptimo robo en solo tres años. La comerciante, que había considerado cerrar su negocio por la ola de inseguridad, decidió renovar su contrato y apostar por la continuidad, invirtiendo en más medidas de seguridad, pero fue víctima de un nuevo y violento ataque durante la noche del viernes.

​La mujer relató su calvario y la frustración ante la situación. «Es el séptimo robo en tres años. No queríamos hacer la renovación de contrato por tantos robos, pero finalmente dijimos ‘vamos a renovar, vamos a poner más candados, un seguro por toda la mercadería, más cámaras’, y así y todo anoche entraron, sonó la alarma y nos robaron igual», detalló con evidente desazón.

​Los delincuentes lograron romper la puerta del local para acceder y llevarse prendas de vestir, a pesar de que la alarma se activó.

​La propietaria señaló que los ladrones demuestran un total desinterés por las medidas de seguridad instaladas. «Están las cámaras pero no les importa nada. Estamos indignados, nos tienen de punto, nos hacen daño, nos rompen los vidrios, la puerta la hacen pedazos», expresó.

​Aunque la dueña volvió a radicar la denuncia policial, y este sábado fue notificada por la fiscal de turno sobre la captura de una persona con ropa robada (quien en principio no estaría directamente vinculada con el ataque a su negocio), el sentimiento general es de abandono.

​El clamor por mayor seguridad en el barrio es el eje de su desesperado pedido: «Tenemos mucha impotencia», cerró la comerciante, remarcando que la situación en la zona es «insostenible».

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