La empresa Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) está bajo investigación judicial por el presunto vuelco masivo de efluentes cloacales sin tratar directamente al Río de la Plata, más precisamente al final de la 66, en Berisso, lo que ha generado una alarma sanitaria y ecológica sin precedentes en la región. Especialistas advierten que la planta de tratamiento de la empresa se encuentra colapsada, provocando una situación de riesgo extremo para la salud pública y el medio ambiente.
Un desastre a la vista de todos
La gravedad de la situación se evidencia en las preocupantes señales que el propio río ha comenzado a mostrar: aparición de peces muertos, olores nauseabundos y niveles alarmantes de bacterias fecales. La contaminación va más allá, con la detección de residuos de antibióticos, microplásticos y diversas sustancias químicas en el agua y la fauna local, lo que subraya la magnitud del impacto ambiental.

El problema radica en la obsoleta infraestructura de la planta de tratamiento de ABSA, que data de hace más de un siglo. Según las denuncias, la planta apenas logra procesar una mínima fracción del caudal de aguas residuales que recibe. El resto, una inmensa cantidad de desechos cloacales, es vertido sin ningún tipo de filtro a pocos metros de la costa, en zonas que, paradójicamente, aún son utilizadas por bañistas.
Denuncias y acciones judiciales
Frente a este escenario crítico, organizaciones no gubernamentales (ONGs) y vecinos de la región han presentado denuncias penales contra ABSA. La Justicia ha actuado rápidamente, ordenando medidas cautelares y exigiendo a la empresa un plan de acción urgente para mitigar el daño y revertir la situación.
Por su parte, ABSA ha reconocido el colapso de su infraestructura, pero hasta el momento, no ha proporcionado fechas concretas para el inicio o finalización de las obras necesarias para solucionar el problema. Esta falta de certezas aumenta la preocupación entre la población y las autoridades, quienes ven cómo el Río de la Plata, un recurso vital, se deteriora día a día.
La comunidad y las autoridades aguardan con urgencia respuestas y acciones concretas por parte de ABSA y la intervención de la Justicia para poner fin a esta grave crisis ambiental que amenaza la salud de los platenses y el ecosistema del Río de la Plata.