El coordinador de La Libertad Avanza en Berisso, Fabián Lagorio, mantiene un llamativo silencio tras la difusión de audios que lo involucrarian en un escándalo de presuntos «pedidos de dinero» a cambio de cooperativas. Las acusaciones, provenientes incluso de sus propios compañeros de partido, han generado un fuerte revuelo en la escena política local y hasta el PRO intenta colarse.

Mientras tanto, a nivel nacional, la alianza antiperonista entre el mileinismo y el PRO en la Provincia de Buenos Aires se fortalece, aunque las tensiones internas en La Libertad Avanza se intensifican. La disputa entre los sectores liderados por Karina Milei y Santiago Caputo ha dejado al descubierto una profunda división dentro del partido libertario.

En este contexto, Cristian Ritondo, presidente del PRO bonaerense, se encuentra en una delicada posición, intentando mantener el equilibrio entre ambos bandos. Ritondo mantiene negociaciones con la Casa Rosada y vínculos tanto con Caputo como con Pareja, pero también enfrenta la presión del ala dura del PRO, alineada con Mauricio y Jorge Macri, que le exige «hacer valer» el peso territorial del partido.

Esta facción del PRO ha comenzado a manifestar una clara advertencia: si no se consideran sus demandas, podrían buscar una salida independiente, estableciendo alianzas con jefes comunales vecinalistas o radicales que también están siendo cortejados por La Libertad Avanza.

El mensaje es claro: la provincia de Buenos Aires, y especialmente el conurbano, requieren de una estructura política sólida y un «músculo real» para enfrentar los desafíos electorales. La amenaza de una ruptura en el bloque antiperonista agrega incertidumbre al panorama político bonaerense, mientras el silencio de Lagorio en Berisso continúa alimentando la polémica local.

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