La presentación del balance del Banco Central ha desatado una ola de preocupación e interrogantes ante la ausencia de miles de millones de dólares en oro que la entidad poseía hasta la llegada de la actual administración. Los lingotes, cuyo destino se mantiene desconocido, no figuran en ninguna sección del estado contable, financiero ni en las notas explicativas del organismo.
Según trascendió, los valiosos activos habrían salido del país en vuelos comerciales, generando especulaciones sobre su paradero, con Basilea y Londres como posibles destinos.
La operación fue confirmada recientemente por el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, tras una revelación del medio LPO. Sin embargo, ni el ministro ni el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, han ofrecido detalles sobre el destino final o la utilización de estas reservas de oro.
La falta de información ha generado fuertes críticas en el sector financiero. «El destino del oro es un dato fundamental que el Central no puede soslayar. Es como si el Tesoro no dijera en qué banco tiene acreditadas sus disponibilidades», expresó con inquietud un directivo bancario a LPO. El banquero añadió: «Podemos entender que no expliquen alguna operación de crédito amparándose en el secreto bancario, pero no pueden ocultar dónde se encuentran los lingotes de oro que son de todos los argentinos».
En medio de esta incertidumbre, se suma el reciente viaje del vicepresidente del Banco Central a Basilea, alimentando aún más las conjeturas sobre el posible destino del oro argentino.
La exigencia ahora no se centra en la explicación de complejas operaciones financieras como el Repo de Basilea, sino en una cuestión básica de transparencia: dónde se encuentran los lingotes de oro que pertenecen a la nación. La opacidad en torno a este activo crucial del Banco Central continúa generando interrogantes y alimentando la preocupación en diversos sectores.