La inflación en alimentos y bebidas mostró un incremento del 2,1% en las primeras tres semanas de enero, según un relevamiento de la consultora Analytica. Este dato refleja una leve aceleración respecto a los meses previos y genera preocupación ante la posibilidad de que los precios sigan despegándose de la meta oficial, que busca mantenerlos por debajo del 3% mensual.
Solo en la tercera semana del mes, el aumento fue del 0,7%, consolidando una tendencia alcista. A nivel general, Analytica proyecta para enero una suba del 2,4%, lo que, aunque por debajo del 2,7% de diciembre (según el INDEC), pone en evidencia una dinámica de precios que comienza a tomar velocidad en este arranque de 2025.
Entre las categorías con mayores aumentos en el promedio de las últimas cuatro semanas destacan:
- Otros alimentos (snacks y salsas): +4,7%.
- Aceites, grasas y mantecas: +2,9%.
- Pescados y mariscos: +2,5%.
Por otro lado, los incrementos más bajos se registraron en:
- Lácteos: +1,2%.
- Frutas: +1,1%.
El impacto es especialmente notable en los productos procesados y grasas, sectores que suelen responder de manera más inmediata a las presiones inflacionarias.
A pesar de que la proyección de 2,4% para el índice general de enero estaría levemente por debajo del cierre de diciembre, el ritmo con el que suben los alimentos podría complicar los esfuerzos oficiales por contener la inflación. Esto se agrava si se tiene en cuenta que los alimentos representan un componente clave en el costo de vida, especialmente para los sectores más vulnerables.
El Gobierno apuesta a medidas de control de precios para amortiguar el impacto, pero la aceleración registrada en enero pone en evidencia los desafíos de sostener este objetivo en el corto plazo.