Mientras el Secretario de Salud de Berisso, Santiago Ramírez Borga, rechaza la idea de fumigar en pos del supuesto cuidado de la «ecología», el repelente aumenta a niveles ilógicos y los mosquitos cada vez son más, los vecinos de la región se las ingenian para pasar el momento.
Si bien parece un método primitivo, cada vez es más común ver vecinos de Berisso, con pequeñas ramas en la mano, las cuales no tienen otro objetivo que espantar la enorme cantidad de mosquitos que los acechan.
«tenés que andar con la ramita», le dice una mujer a otra mientras esperan el micro y sufren cientos de picaduras. Y la cuestión, aunque parezca risueña, es seria, ya que ante el creciente aumento de casos de dengue, el desentendimiento de las autoridades y una inflación que pone al repelente lejos del alcance de todos, los vecinos buscan cualquier método para salvarse de estos bichos que hoy son plaga.