En el contexto actual, el debate sobre el ajuste en las cuotas del monotributo ha adquirido una relevancia significativa. La discusión se centra en la necesidad de establecer un Mínimo No Imponible y reducir las cuotas, ya que se han implementado sucesivos aumentos que han impactado significativamente en la carga fiscal de los monotributistas.
Para ilustrar la magnitud de estos ajustes, tomemos el ejemplo de un monotributista que factura 2.000.000 de pesos al año, siendo contratado por un municipio. En diciembre de 2023, pagaba una cuota de $5.750,75. Sin embargo, en enero de 2024, esa cuota se incrementó a $12.128,39. Ahora, con el Proyecto de Ley en consideración, se espera que esta cifra ascienda a $27.500. Este ajuste representa un aumento del 480% en comparación con diciembre de 2023 y del 225% en comparación con enero de 2024.
Un caso similar se observa en un monotributista categoría B, que factura actualmente $3.000.000 al año. En diciembre de 2023, pagaba $6.430,38. En enero de 2024, la cuota aumentó a $13.561,75, y ahora, con las propuestas actuales, se espera que alcance los $27.500. Este ajuste representa un incremento del 430% en comparación con diciembre de 2023 y del 200% en comparación con enero de 2024.
Este fenómeno se extiende a lo largo de diferentes categorías, evidenciando un patrón de aumento que ha llevado a la denominación de «ajuste sobre ajuste». El proyecto de ley se basó en tablas que, según alegan algunos, fueron aumentadas ilegalmente en 2024, exacerbando la carga fiscal para los monotributistas.
Es importante señalar que las únicas categorías que parecen haberse beneficiado, aunque ahora se afirme que fue un error y se proponga aumentar esas cuotas, son la categoría H en adelante, que representan tan solo el 5% de los monotributistas. Esta situación ha generado un amplio debate sobre la equidad y la necesidad de revisar detenidamente las implicancias de estos ajustes en el sistema tributario.