Si bien a ningún funcionario parece importarle, desde hace mucho tiempo a ésta parte, los vecinos de BERISSO vienen «sufriendo» con la poca cantidad de cajeros automáticos que hay en la ciudad y aunque las fotos y los acuerdos con los dirigentes del Banco Provincia son moneda corriente en el marketing político local, las soluciones al problema aún no aparecen.
Ésta situación suele complicarse para estas fechas, en dónde a los sueldos normales se le suman los aguinaldos y otros beneficios cobrando, trabajadores estatales, privados, jubilados y beneficiarios de planes sociales, todos en el puñado de cajeros existentes.
Ante todo ésto las consecuencias son evidentes y se observan rápidamente en la ciudad en dónde, a pleno rayo del sol, esperan Jubilados, madres con hijos pequeños y discapacitados, en largas colas que como expresamos al principio de la nota, no parece importarle ni al banco, ni a los funcionarios.