A quince días del final de mandato como intendente de Berisso, el radical Jorge Nedela ya no puede disimular su incapacidad para gobernar.
El paso de Nedela como jefe comunal, será recordado como el peor en la historia de nuestra ciudad. El voto de confianza otorgado en 2015 por la ciudadanía resultó una estafa lisa y llana. Si bien el contexto socio económico del país es adverso, no fue capaz de cumplir ninguna de las promesas que conformaron sus discursos de campaña.
Pero no hablamos de grandes obras, simplemente nos referimos a poder asegurar los servicios básicos con algún grado de regularidad. Para ello recurrimos al discurso realizado en oportunidad de la primera apertura de sesiones ordinarias por abril de 2016. En esa ocasión Jorge Nedela expresó:
«Recibimos así, una Municipalidad que en los últimos tiempos compraba prácticamente sin pagar a proveedores, que había dejado de prestar servicios, que generaba más gastos operativos que recaudación genuina.»
Otro de los temas fue el relacionado a la problemática de la nocturnidad, venta de alcohol a menores y fiestas clandestinas. En ese sentido manifestaba:
«hemos hecho múltiples operativos contra la venta de alcohol. Queremos generar las condiciones para que ellos ( los jóvenes) puedan divertirse en lugares apropiados, preservando su salud y bajo las medidas de seguridad, necesarias y exigidas por las normativas vigentes. Queremos que ellos se queden en Berisso, que no tengan que salir a otras ciudades en busca de un lugar donde divertirse. Queremos que lo hagan cerca de sus casas, con control y en lugares que cuenten con todas las medidas de seguridad necesarias.»
Al referirse a parte de la herencia recibida, hacía hincapié en las pocas cámaras de seguridad instaladas y funcionando que dejó el anterior intendente. Según Nedela a la fecha del discurso
sólo estaban operativas andaban 12 cámaras de un total de 40. Luego de cuatro años de gestión funcionan 18 de un total de 160. En igual sentido se quejaba que había 3 alcoholímetros de los que solo 1 estaba calibrado. En la actualidad no se hacen operativos de alcoholemia.
Otra de las promesas incumplidas es la llegada de la policía rural a la ciudad.
«En cuanto al Destacamento Policial Dependiente de la Comisaría 2° de Berisso, con asiento en Villa Zula, se están llevando a cabo tratativas, con la Superintendencia de la Policía Rural, con la finalidad de instalar en forma permanente personal y medios de ese organismo, para la cobertura de las zonas rurales de Los Talas.»
Durante su intervención, el intendente indicaba como logros la recuperación y reparación a nuevo de cuatriciclos, y botes semirrigidos, de los cuales hoy se desconocen sus paraderos. Asimismo otro dinero que desapareció fue el recibido para el tablestacado en la isla Paulino.
«Relevamos y conseguimos el financiamiento del Ministerio de Agroindustria de la Nación para el cable estacado costero de la Isla Paulino, con el fin de dar respuesta a la problemática de los residentes de la isla respecto del derrumbe de las casas que lindan con el río.»
LA FRUTILLA DEL POSTRE
Si existe un sector que día a día causa perjuicio a los vecinos, es el de la recolección de residuos. Sobre el tema Nedela aseguraba: «El Servicio de Recolección de Residuos Habituales se encontró con graves deficiencias debido a que más de la mitad de los camiones compactadores se encontraba fuera de servicio. La Recolección de Residuos No Habituales estaba colapsada. Muchos barrios en virtual estado de abandono, con basurales de grandes magnitudes y reclamos de vecinos de meses sin respuesta.»
Para finalizar un extracto de los que hoy son promesas incumplidas por parte del alcalde radical, consignamos su referencia a la distribución de agua en la zona rural de la ciudad. «Uno de los máximos desafíos del principio fue el de regularizar el servicio de distribución de agua, tan necesario para la zona. La gran demanda por parte de los vecinos de éste servicio, y la carencia de camiones cisterna en cantidad suficiente para el abastecimiento.»
La cuestión social es la deuda que mas lastima. La pérdida de la dignidad impulsada por carencias vitales, como es un simple plato de comida en la mesa familiar, pone al estado en el principal agente que vulnera derechos. Mientras se acopió comida, frazadas, chapas, colchones y electrodomésticos, con fines electorales, cada día más personas recorren la ciudad buscando sobrevivir a como dé lugar. Imágenes lacerantes se multiplican en cada barrio y en el centro de Berisso a la vista de todos, chocando con la indiferencia de funcionarios que viven una realidad muy diferente, financiada con dinero de todos.