Éste último viernes el Intendente de Berisso, Jorge Nedela, juntó a todos los miembros del Poder Ejecutivo que él encabeza en el Quincho Municipal, para recibir las RENUNCIAS solicitadas días atrás por su Secretario de Gobierno, Claudio Topich y para «CONCIENTIZARLOS» según admiten sus voceros.
Si bien por el momento no se concretó ningún cambio en las filas del «nedelismo», desde el propio Palacio Municipal aclaran que «Las renuncias son para liberarle las manos al Intendente», sin que se explique ¿quien le tiene las manos atadas? o bien ¿cual sería la complicación de Nedela si es que decidiera realizar algún cambio en su Gabinete?.
Con la participación de las distintas facciones que componen el Frente Cambiemos en la Ciudad de Berisso, Nedela les recordó el mal momento económico, el mismo que es evidente para toda una comunidad aunque al parecer a los funcionarios hay que recordárselo.
Sin hablar de achicamiento real del Estado, a partir de la buena utilización de los recursos humanos y mucho menos de los gastos desmedidos en Licitaciones dudosas o la ampliación de la Planta Municipal con un ingreso tumultuoso de familiares, amigos y entenados, el Intendente dedicó su tiempo a pedirles «control de gestión» y a recordarle el «SIMBÓLICO» achicamiento de sueldos, en la ciudad en donde más cobran los Funcionarios.
Con rupturas internas que se intenta disimular y con una paranoia de destitución expuesta por algunos miembros de su «circulo rojo» y «defensores de turno», el Intendente atraviesa ésta dura situación que además de complicarse en lo económico, se afirma en una inseguridad creciente, una persecución de empleados Municipales, expuesta por el Sindicato y un marketing que lejos de ser efectivo visualiza los problemas irresueltos por una Gestión que quedó lejos de las promesas de campaña, la Transparencia y la grandilocuencia de las palabras.