Siempre Resulta raro escuchar en un medio de Comunicación al Concejal Santiago Rodriguez. Su estilo, su forma, su sencillez no parecen adecuarse a un mundo político que exige «titulares explosivos», fotos en abundancia y millones de palabras para llenar marketineramente el aire o las paginas de los medios.
El «Beto» o «El Tucu», como lo conoce la gente de Berisso es uno de esos «militantes» que llegaron a un puesto político a fuerza de trabajo social en los barrios, desde abajo, sin estridencias pero con reconocimiento de todos los sectores.
Pantalón de Buzo, Campera y Zapatillas o Musculosa, cortos y ojotas si es verano, es su ropa de trabajo preferida y aunque los «ortodoxos de la etiqueta» lo reprueben, la gente de barrio lo asume como un Par.
En la tarde de éste martes, Rodriguez, aceptó sentarse a la mesa de CAFÉ SUR por RADIO SUR, en donde, cafecito de por medio, se lanzó a una conversación de esas que desnudan el perfil y la imagen oculta de un tipo en apariencia dura, para der paso a un ser que piensa y actúa en consecuencia de lo que la vida le fue planteando en el camino.
«Muchos me dicen «hey tucu, vos no hablas, no decís nada» y yo les explico que yo soy de escuchar, porque así aprendo. Yo no puedo creer que me las se todas y ponerme a hacer un monologo por que ahora soy Concejal, Yo prefiero escuchar, pensar, ver y después actuar. Por ejemplo en el Concejo, aunque digan que estamos así o asá, la realidad es que formamos un muy buen equipo en el bloque y cada uno hace lo que mejor que sabe hacer, ¿que me voy a poner a hacer cuentas? para eso está Fabian que conoce de números porque es empresario y sabe y yo me ocupo de otros quilombos…» comenzó diciendo el hombre referenciado con el populoso Barrio de la Nueva York.
Llegado de Tucumán a los 7 años, el «Beto» contó como vino a Berisso de la mano de un hombre que lo trajo a un departamento en el que vivía su mamá con otra tres chicas; «recién ahí conocí a mi vieja, hasta ese momento mi mamá era mi abuela que había muerto hacía poco y me había quedado solo con mi abuelo, que me mataba a palos en una casa del campo… cuando llegué estaba asombrado, le tenía miedo a todo, para mi los frigoríficos eran un Hospital Gigante, yo veía a todos de Blanco y me daba miedo, en la escuela me cargaban por mi forma de hablar y todo. Pero tuve una maestra genial que me ponía al lado de ella y me cuidaba más que mi vieja que trabajaba casi todo el día en el Frigorífico, así que yo me criaba solo, con mucho tiempo en la calle y la verdad es que me volví terrible, cuando entre a la escuela tenía las mejores notas y cuando terminé era de los peores. La calle y la falta de atención me hicieron así. A los 14 mi vieja conoció a un tipo y se fue a Ensenada y yo duré dos días con ellos, a los dos días me volví a la Nueva York y andaba de casa en casa, hasta en un auto viví, pero trabajaba para mantenerme y jugaba al fútbol, aunque seguía siendo de terror, me gustaba mucho la joda, no respetaba nada…» contó el tucumano.
Su paso por un equipo de Jujuy y su llegada a Estrella de Berisso por medio de la recomendación de su entonces novia Graciela, quien hoy es su mujer, también formaron parte de la charla; «Yo tuve como muchos una vida dura pero no me quejo, hoy soy ésto porque conocí mucha buena gente que me enseño. Ahí en la Nueva York aprendí de la mano de los grandes como el Turco Ibrahim o el Beto Nicoloff, entre otros, los valores de la amistad y hasta el valor histórico del Barrio que estaba Pisando, recién ahí me avive y dije «la puta madre mirá que historia»…».
Obviamente y como en toda charla de café no faltaron anécdotas de cuando se hacían campeonatos Barriales o los inicios en su vida politica, o su Club de Barrio el Zona Nacional, que derivaron en la inevitable actualidad; «Las cosas no están bien, la gente no tiene para comer, para comprar la garrafa, para las cosas de todos los días. ahí en mi barrio hay gente que la está pasando muy mal y hay que ayudarla, aveces es con plata para que compre algo, otras con mercadería, aveces hablando o con un abrazo, pero no están bien las cosas y vamos peor. Yo tengo una buena relación con algunos del Ejecutivo, pero que lo diga cualquiera, les rompo las bolas hasta que se cansan mangueandole cosas y aveces me da vergüenza porque les pido que lleven leche o azúcar a algún lugar y es una locura porque ellos lo deberían hacer sin que nadie se los pida. Después se ponen para la foto, pero vos tenes que estar siempre, por eso espero que en el 2019 gane uno de los nuestros, porque vos con un compañero de última te puteas o te peleas pero se hace, en cambio a éstos les tenes que andar atras…»