Durante 2016, en el marco del programa “Yo quiero ser Residente” del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires se realizaron cambios en el reglamento de residencias que implican un fuerte retroceso para los profesionales de la salud que trabajan con esa modalidad.

Hasta entonces, sus prácticas estaban reguladas bajo la Ley 10471 de carrera profesional hospitalaria, que ya de por sí los desconocía como trabajadores en relación de empleo público y les otorgaba el carácter de becarios, es decir que nacen precarizados, ya que su trabajo diario es entendido como una extensión de su propia educación. Y en lugar de sueldo se les “asignaba como contraprestación”, un porcentaje calculado sobre el sueldo de los empleados de planta, ajustable por tanto luego de cada paritaria.

El cambio de reglamento implica dejar la “beca” en un monto fijo, con un aumento anual también fijo, como si se tratara de un contrato que debería ser firmado cuando se entre a la residencia; y al dejar a estos trabajadores fuera de la paritaria para el sector, los deja también al margen del resto de los derechos que deberían estar garantizados por la Ley 10430.

“Esto se enmarca en los planes de vaciamiento del sistema de salud pública de la provincia”, advierte una residente. Sea con el reglamento anterior o el que quieren instaurar, una de sus demandas históricas además de la exigencia de ser reconocidos como trabajadores profesionales y acceder a plenos derechos como tales es especialmente por los aportes jubilatorios, ya que bajo el argumento de estar realizando una “beca de formación” son trabajadores sin ningún aporte previsional.

“Lo que quisimos hacer ante lo del cambio del reglamento fue empezar a pelear y decir que nosotros somos trabajadores y que queremos los aportes que marca la ley”, recuerda otra residente, y agrega los puntos centrales que las organizan: acceso a licencias por maternidad y paternidad, por violencia de género, y por las 8 hs de trabajo (la cantidad de horas que trabajan es variable y casi siempre superior, y ahora se quiere regular en 9 horas, por fuera de cualquier regulación de trabajo).

FUENTE LA IZQUIERDA DIARIO

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