En éste último periodo estival, el Municipio, a través de la Secretaria de Producción, intenta poner en funcionamiento y valor al mítico balneario berissense de La Balandra, aunque las denuncias sobre su funcionamiento y estado se amontonan en las dependencias y las redes sociales.
A los precios de entrada, mal estado de los servicios y molestas varias, poco a poco se van sumando algunas cuestiones que rozan el escándalo policial.
Por éstas horas algunos vecinos informaron a éste medio, que se están realizando algunos trabajos en el balneario, los cuales intentan mejorar un poco el calamitoso estado en el que se encuentra y por el cual cobran, aunque lo que los sorprendió a todos es la colocación de una barrera a modo de tranquera en la entrada, la cual da aspecto de playa privada cuando en realidad no lo es, «No quieren que nadie se les meta sin pagar», dijo un comerciante del lugar que está en desacuerdo con la medida.
Otra denuncia gravísima, fue acercada a Infoberisso, por un agente de policía que prefirió no dar su nombre por miedo a las represalias; » Los otros día llegó un hombre en una camioneta con la familia. -Son 450 pesos (le dijo uno que estaba ahí).-Si yo vengo siempre y nunca se paga (le dijo el hombre) -Bueno ahora tenes que pagar sino tomatelas. El hombre de la camioneta, aparentemente, se levantó la remera y mostró un revolver en la cintura -De guapo no te pago nada (dijo). Al tipo que estaba ahí se le sumaron dos o tres más y mostrandole un arma le dicen -si la tocas te quemamos acá nomas… eso hizo que otras personas se acercaran y que un empleado Municipal real llamara a la policía. cuando llegaron les pidieron a los que cobraban, que son todos barras de una hinchada que se identificaran y a los gritos lo único que decian es que eran municipales que trabajaban para Swar, cosa que nunca pudieron comprobar, aunque siguieron cobrando las entradas…»
Esta historia se ha repetido, como ya han contado distintos medios regionales, tal vez con menos virulencia, en otras oportunidades, es decir personas que dicen ser del Área de Producción, pero que en realidad son barrabravas, que cobran entradas y utilizan el nombre del Secretario del área para salir del paso.