El intento de Techint de despedir 1450 empleados de su constructora generó una fuerte reacción del gobierno. Alberto Fernández replicó un discurso del Papa Francisco donde señala que “algunos miserables olvidan a quienes trabajan para ellos y en la crisis los despiden”, advirtiendo que “no dejará que lo hagan”.
Luego el Ministerio de Trabajo impuso la conciliación obligatoria dando marcha atrás con los despidos. Finalmente, mediante un decreto presidencial se prohibieron los despidos por 60 días.
Techint intentó justificar su accionar. «Acá hubo un convenio laboral firmado con la Uocra que atiende a que los proyectos puedan empezar, terminar, pararse y a los empleados de la construcción se les va acumulando un dinero en el fondo de desempleo que lo cobra el día que termina su trabajo», señaló Carlos Bacher, titular de la firma de construcción de la familia Rocca.
El fondo de desempleo es un régimen especial que regula el fin de un contrato laboral en la construcción. Los empresarios aportan el equivalente al 12 por ciento del salario cada mes a un fondo mientras dura la relación laboral (el aporte baja al 8 por ciento después del año de antigüedad).
Al momento del despido, el empresario no debe abonar indemnización sino que el fondo acumulado es utilizado para continuar pagando un salario al trabajador hasta que consiga otro empleo. En el caso de los trabajadores de la constructora de Techint, ese fondo alcanzaba para que cobren durante un mes y medio el equivalente a su salario.
El accionar de la constructora del grupo Techint pone de manifiesto que el régimen de fondo de desempleo, avalado por la Uocra, facilita que los empresarios despidan a sus trabajadores respecto a la tradicional indemnización laboral.
El despido no implica un costo repentino para el empresario ya que el aporte para el fondo de desempleo ya lo realizó mensualmente. De esa manera, frente a una situación como la cuarentena que paraliza amplios sectores de la producción, el fondo de desempleo permite que los empresarios descarguen parte del costo de la crisis en sus trabajadores, despidiendolos para dejar de pagarles el sueldo.
En sectores donde no existe ese régimen, los empresarios prefieren seguir sosteniendo el pago de los sueldos -con la ayuda del programa Repro y los créditos subsidiados-, ya que de lo contrario deberían pagar la doble indemnización vigente.
El fondo de desempleo era el sistema de regulación de despidos que el gobierno de Mauricio Macri intentó exportar de la construcción a los demás sectores de la economía. En los borradores de reforma laboral que circulaban durante su mandato, se promocionaba dicho regímen como una panacea para reducir el costo de contratación de personal.
Para tentar a algunos dirigentes sindicales, el entonces ministro de Trabajo Jorge Triaca (hijo) les ofrecía participar en la administración del fondo: un fabuloso negocio financiero similar al de administrar el fondo de una aseguradora o AFJP. La debacle económica que marcó el fin del gobierno de Cambiemos hizo naufragar esa reforma laboral, protegiendo al empleo frente a la codicia de los miserables.