La canasta láctea registró una inflación anual del 89,7%: casi veintisiete puntos por arriba del promedio general de alimentos básicos
En el último año, según los últimos datos publicados por el Indec, la “canasta láctea” mostró una inflación interanual del 89.7% versus un 63.0 % el promedio de alimentos y bebidas no alcohólicas en comercios y supermercados de la ciudad de Buenos Aires.
En el segmento lácteo, las mayores variaciones interanuales corresponden al queso cremoso (+99.1%). queso pate-grass (+94.3%), queso sardo (+91.1%), manteca (+87.0%) y leche fresca en sachet (+85.5%), yogur firme (+84.4%). dulce de leche (+81.2%) y leche en polvo entera (+73.8%).
El incremento desmedido en los precios impactó de lleno en el consumo de leche por habitante y por año. A comienzos de la gestión de Mauricio Macri el promedio per cápita era de 217 litros, pasando a 200 en 2016, 195 en 2017, 190 el año pasado y tomando el primer bimestre de 2019 la proyección es de tan solo 183 litros por año por habitante.
Luego del cierre de tambos y la desinversión realizada por muchas empresas sobrevivientes en el último año –especialmente aquellas de menor escala– la oferta de leche argentina viene registrando una caída significativa: en el primer cuatrimestre de 2019 fue de 2970 millones de litros, una cifra 7,5% inferior a la del mismo período de 2018.
Otro dato alarmante es la faena de vacas. Es que los índices son los más bajos de los últimos años, tan solo comparando 2017 y 2018 se perdieron más de 100. 000 cabezas. La tendencia podría acelerarse, dado que por la peste porcina africana y el caso de vaca loca de Brasil, el mercado Chino habilitó el ingreso de carne con hueso Argentina, preferentemente de vacas grandes.
La teoría despiadada del Macrismo en donde » el mercado regula todo», está provocando estragos en la economía hogareña. Especialistas en nutrición advierten que“La reducción de la ingesta de carnes y el aumento de harinas produce una deficiencia de proteínas de alto valor biológico”. Todos los índices de consumo van a la baja, las familias Argentinas ingieren menos lácteos, frutas, verduras y carnes. El impacto en la salud pública no se hará esperar y aunque la situación se revierta a mediano plazo. Las secuelas de este proceso quedarán principalmente en los niños y niñas en desarrollo.
datos Valor soja/ OCLA / indec