El sector del transporte se encuentra en estado de alerta ante la inminente medida de fuerza anunciada por el gremio, que afectaría el servicio de colectivos. El conflicto radica en el incumplimiento en el pago de sueldos completos ya acordados.

Un factor que complica sobremanera el panorama es la imposibilidad legal de que la Secretaría de Trabajo dicte una conciliación obligatoria. Tanto gremialistas como la parte empresarial coinciden en este punto, ya que esta herramienta solo puede aplicarse en el marco de una negociación paritaria activa.

En este caso, se trata de un incumplimiento de un acuerdo ya cerrado, dejando a las partes sin este mecanismo de intervención estatal directa.

Desde el gremio se aclara que la medida no será un «paro tradicional», sino una «abstención de tareas con presencia en los lugares de trabajo». Este matiz es fundamental, ya que abre la puerta a una normalización inmediata del servicio si durante la jornada del viernes se depositan los sueldos completos adeudados. La solución está, literalmente, en las manos de quienes deben efectuar los pagos.

Este conflicto salarial se desarrolla en un contexto de recientes aumentos en el costo del pasaje. En las últimas semanas se registraron dos incrementos: un 9,7% en las líneas nacionales, aplicado el pasado 17 de noviembre, y un 14% en las líneas bonaerenses del AMBA, vigente desde este lunes 1° de diciembre.

A pesar del escenario de conflicto a nivel general, la situación en el Gran La Plata podría ser diferente. Fuentes de la seccional local de la UTA confirmaron que algunos trabajadores de la ciudad ya recibieron el depósito completo de sus haberes. Por lo tanto, existe la posibilidad de que la medida de fuerza no tenga impacto en la región. Sin embargo, la definición final y concreta se espera recién para este jueves.

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