Con la mentira instalada como eje y el marketing como bandera, el Intendente de Berisso, JORGE NEDELA, dedica su tiempo a «inaugurar cocinas», mientras la paradoja de una ciudad devastada, marca como algunos vecinos reclaman por comida.
Con el comienzo de una semana marcada por los reclamos, el alcalde berissense decidió no atender los reclamos personalmente y dejar que «pongan la cara» sus funcionarios, quienes con pocas respuestas y menos recursos, pilotean una nave que ya muestra «motines a bordo».
En el día de ayer fueron los trabajadores impagos de las Cooperativas, los que reclamaron que se les abonará los tres meses adeudados, siendo atendidos por el Secretario de Gobierno y el Jefe de Gabinete, quienes les prometieron una solución, recién para el día lunes, como si la necesidad y las obligaciones del Estado pudieran posponerse 90 días, mientras Nedela abandonaba el Municipio por la puerta trasera sin atenderlos.
Hoy fue el turno de los movimientos sociales, los mismos que en Diciembre firmaron un acuerdo con el Intendente, quien se había comprometido con ellos a abastecer los comedores barriales, aunque luego no cumplió en nada su palabra.
Lejos del conflicto, que contó con un corte de calle en 129 y 60 y su consabido caos de tránsito, Nedela se tomó su tiempo para posar para la foto y el video en la inauguración de una cocina de cuatro hornallas en una Escuela, similar a la inaugurada en la Escuela 10 de Los Talas, en donde escasea el agua y las instalaciones eléctricas se funden cada tanto.
Atento al libreto impuesto por nación, Nedela dejó el conflicto en manos de su Secretaría de Promoción Social quien en un sincericidio que echa por tierra todas las mentiras del Ejecutivo declaró;»lo que plantearon con anterioridad es un imposible…Provincia acepta que no estuvo dando nada porque a nosotros no nos dio nada. Lo que pedimos fue de urgencia y emergencia, el depósito casi está vacío.
Nosotros como municipio queremos lograr gestionar para que los abastezcan, para que no tengan que demandarnos con lo que no tenemos…No me puedo tomar un compromiso de que la semana que viene ‘te voy a dar’ y después de diez días otra vez, no hay. El municipio no tiene y además tiene que tener la asistencia directa a la gente que va a diario”, sentenció.
Esa declaración y una realidad que agobia los barrios, son sin dudas, una clara muestra del avance de la pobreza en una ciudad en donde sobra plata para cosinas pero falta para comida.