Mientras Argentina afronta una nueva edición de la Copa América el próximo 4 de julio se cumplirán 28 años de la última conquista del seleccionado masculino mayor, el período más extenso de sequía desde su primer título en 1921.

Eran años dorados para la Selección Argentina. Un título mundial y un sub-campeonato en México ´86 e Italia ´90, respectivamente, una consagración a nivel continental en Chile ´91, y una conquista ante el campeón europeo unos meses antes. El plantel ya afrontaba una renovación con respecto al ciclo de Carlos Bilardo, y las presencias de Simeone, Batistuta y Redondo comandaban un plantel dirigido por Alfio Basile, que no contó con Diego Maradona.

En febrero de 1993, Argentina disputó la segunda edición de la Copa Artemio Franchi ante Dinamarca, campeón europeo en 1992, y lo venció en Mar del Plata, por lo que llegó a Ecuador con doble cetro tras la conquista de la edición continental de 1991 en Chile. “Coco” Basile estaba al frente el equipo tras la salida de Bilardo post subcampeonato del mundo en Italia, Diego, con una salida tumultuosa de Napoli, problemas judiciales y un paso fugaz por Sevilla, no era citado con frecuencia, y Gabriel Omar Batistuta era el líder de una nueva camada que ganaba cada vez más lugar en el plantel de cara a las Eliminatorias rumbo a EE.UU. ´94.

La trigesimosexta edición de la Copa América estuvo conformada por doce selecciones divididas en tres grupos, con dos países que conformaron el debut de los equipos invitados, México y EE.UU. Argentina formó parte del grupo C, junto a Bolivia, Colombia y el conjunto azteca. El debut fue triunfo por 1 a 0 ante Bolivia, con gol Gabriel Omar Batistuta. La segunda presentación fue una previa de lo que finalmente iba a ser la final. Tras comenzar el partido en desventaja, Ruggeri capturó un disparo desviado de Gorosito para poner el empate ante México. En el cierre de la fase de grupos, con goles tempraneros a los 2´ y 5´ de Simeone y Rincón en el primer tiempo, respectivamente, igualó 1 a 1 ante Colombia para cerrar como escolta del conjunto cafetero.

La época dorada de Argentina no sólo fue por el camino de los títulos y los buenos resultados, sino también en lo que respecta al clásico sudamericano ante Brasil. En Italia fue la corrida de Diego y la definición de Caniggia, en Chile fueron los goles de Darío Franco y Bati y en Ecuador fueron las manos de Goycochea. Tras igualar 1 a 1 en el tiempo reglamentario con goles de Müller para el carioca y Leo Rodríguez para los dirigidos por Basile, venció por 6 a 5 en los penales, concretando el triunfo en los pies de Borelli tras la contención de Goyco al remate de Boiadeiro. Los últimos dos partidos de la copa iban a repetir rivales.

En semifinales se volvió a cruzar con la Colombia de Francisco Maturana y se repetiría el desenlace de cuartos de final. Pese a que ambos equipos contaron con varias oportunidades para abrir el marcador, la mala puntería y el buen rendimiento tanto de Goycochea como de Óscar Córdoba evitaron que se saquen ventajas, convirtiendo a los penales en la llave hacia el partido definitorio. Como ocurrió ante Brasil, Goycochea le contuvo el sexto penal a Colombia, en los pies de Aristizábal, mientras que Borelli cerró la victoria.

Tras el empate en la fase de grupos, se volvió a cruzar con México, pero esta vez para definir al campéon. El once elegido por Basile para este partido estuvo conformado por: Sergio Goycochea; Fabián Basualdo, Oscar Ruggeri, Jorge Borelli, Ricardo Altamiradno; Fernando Redondo, Gustavo Zapata, Néstor Gorosito, Diego Simeone; Gabriel Batistuta y Alberto Acosta. La gran figura del partido iba a ser Batistuta. Con un desborde por la derecha y una fuerte definición al primer palo de Campos, abrió el marcador a los 18´ de la segunda parte, pero tan sólo cuatro minutos después Galindo de penal igualó el partido. A falta de quince minutos para el final, Simeone jugó rápido un lateral para que Batistuta se saque de encima su marca dentro del área y defina cruzado de zurda, cerrar el marcador y coronar nuevamente a Argentina como campeona continental.

Con casi 28 años, Argentina atraviesa su período más extenso sin conquistar un título a nivel mayores. Un sub-campeonato mundial (2014), cuatro a nivel continental (2004, 2007, 2015 y 2016) y dos a nivel confederaciones (1995 y 2005) son las medallas plateadas que ha enhebrado Argentina desde la consagración en Ecuador, que no implican una etapa oscura, porque si bien es difícil afrontar cada competencia con tantos años sin títulos en la espalda, ha demostrado que se mantiene en competencia. 

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