Traspasar el límite provincial entre Buenos Aires y la Pampa es un punto geográfico. Sin embargo, la transición es sutil y ese tramo lo disfruto mucho porque me da tiempo a no perderme ninguna característica pampeana.

Antes de llegar a esta provincia mediterránea, suelo haber transitado por la Ruta Nacional 5 que me permite ir alejándome de mi Rio de la Plata, hasta cruzar con la Ruta Nacional 35, que lentamente va adentrándose en un paisaje digno de convertirse en una postal.
Ataliva Roca, es una localidad de esta provincia tan particular.

Ya sea un amanecer o un atardecer, el sol siempre parece un astro propio de esa provincia.
Suele mutar entre un amarillo intenso a un anaranjado furioso al caer la tarde, entre caldenes.
Los Caldenes son arbolitos de madera dura, densa y durable, con una copa de color verde apagado, típico de dibujo infantil, que no pueden pasar desapercibidos a los ojos del visitante.

Cuando los veas, detenete a observar el suelo arenoso, árido y seco.
El nombre de este árbol te designa la función que ha tenido. El caldén, alimentaba calderas.
Los ingleses explotaron ferozmente esta especie para alimentar las hornallas de las locomotoras con su leña, aunque también se lo usó para postes, elaborar bebederos para el ganado y abastecer de leña las cocinas.

El Parque Luro a 35 km al sur de la ciudad capital de La Pampa, Santa Rosa, es, quizás, la mayor reserva natural de caldenes en el mundo, con médanos, lagunas y flora y fauna del monte pampeano.
Siguiendo el trayecto apenas unos kilómetros, Ataliva Roca.
Dos cosas me llamaron la atención de esta localidad, la primera

El origen de su fundación:

En las tierras que habían pertenecido a Ataliva Roca, hermano del presidente Julio Argentino, se decide fundar esta población.
Se reunieron en una esquina de campo sita en algún lugar a diez kilómetros del actual emplazamiento del pueblo, el propietario en aquel momento, Juan Stoessel, dos agrimensores y algunos vecinos de la zona. Firmaron un acta con el compromiso de fundar el pueblo. Ese documento lo guardaron en una botella lacrada y la enterraron. Nunca más se supo de ella. Encontrar dicho objeto sería la confirmación histórica de su fundación.

Los juguetes de película: Son piezas de madera que conectan a los niños y niñas con su entorno y la naturaleza.
Diseñados y se ensamblados por empleados de Ataliva Roca.
Estos juguetes participaron en una película que se emite por la plataforma Netflix, “Matrimillas”.

Los demás atractivos como, la plaza dividida en dos, la isla en altura, la casita de los más grandes, las almacenes antiguas, las calles tan particulares y el ambiente cálido y amable de este pueblo, solo te puedo contar con las imágenes que tomé en este recorrido.
¿Te gustaría vivir en un lugar así?

Gisela Dello Russo VeoVeo__

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