Pasada mas de la mitad de su mandato, el jefe comunal Jorge Nedela, se maneja mas como un virrey de la emperadora Maria Eugenia Vidal, que como representante de los intereses de los ciudadanos que lo eligieron como autoridad del distrito.
La realidad indica que la política argentina atraviesa una crisis de representatividad grave, tanto sea en el ámbito nacional , provincial como municipal. El entramado del poder político responde frecuentemente a intereses sectoriales, que muchas veces se contraponen con el bienestar de las mayorías populares.
Hay un silencio preocupante del intendente frente a temas de relevancia para la ciudad, como la situación en el astillero Rio Santiago o Media Caña. No se escucho una sola declaración sobre la realidad económica que aqueja a los vecinos, al comercio o la industria. Por el contrario, justifico el impiadoso aumento de tarifas en los servicios públicos. Presiono a la oposición para que Berisso adhiera al pacto fiscal, como Vidal lo exigía, sin que la ciudad tenga beneficio alguno después de varios meses.
El ex concejal Nedela contaba en su asunción, con una expectativa favorable de propios y ajenos, basada en su función como edil y su trayectoria como docente. Se lo percibía cercano al hombre común e interesado por los problemas de la gente. Parte de la caída en su imagen y los crecientes reclamos, se edifican a partir del corrimiento de ese rol que lo destaco durante muchos años.
La constitución nacional, en su articulo 1 establece que el sistema de gobiernos es representativo republicano y federal. Mas adelante, en el articulo 22 advierte: «El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticiones a nombre de éste, comete delito de sedición».
El plano local, es un claro ejemplo de la crisis representativa. Basta con repasar luego de dos años y medio de gestión a quien responde el jefe comunal Jorge Nedela, si al interés general de los Berissenses o mantiene una hoja de ruta precisa confeccionada en la calle seis, frente a plaza San Martín de la ciudad de La Plata. Resulta interesante repasar la historia de los virreyes, y cual era su función en el virreinato del río de la plata. Básicamente el representante del rey era el brazo ejecutor de las políticas que el supremo establecía. Habría que plantearse de manera conjunta, si el sistema de democracia representativa funciona correctamente y que posibilidades tiene el elector de hacer valer su voto.