Transitando la ruta 5 en ese viaje a La Pampa, el mediodía comenzó a sentirse.
Ganas de comer algo salado, nos hizo entrar Carlos Pellegrini.
A pocos metros de girar a la derecha para ingresar, vimos la estación de trenes.
¡Qué alegría que me da cuando hay vida ferroviaria!
Que bien le hace a las poblaciones recuperar las vías.
El comercio, el turismo, los estudiantes, es una dosis de energía a la comunidad.
La estación estaba como si el tiempo no hubiese pasado, impecable, restaurada, pintada, mantenida. En un salón cercano a la boletería, estaban reunidos, proyectando su nueva muestra de pintura.
Sede de un centro cultural, ahora activo el ferrocarril, se compartía el espacio.
Después de tomar imágenes para el video, continuamos con la búsqueda de algo para almorzar.
El aroma exquisito nos hizo girar la cabeza y encontrar el cartel que especificaba el menú del día.
El Club, tenía activa su cocina todos los días y el bufet se convertía en una deliciosa opción para comprar comida.
Ese típico olorcito a comida casera, que desaparece pronto si no te apurás por lo rica y a buen precio.
Entramos, para nuestra sorpresa el club guardaba un tesoro arquitectónico. Su diseño.
El creador de esta obra como la de su municipalidad Francisco Salamone. Conocido por muchos como el arquitecto de la Pampa.
Que tiene en particular te lo cuento en el video.
Cómo si faltasen cosas para sorprendernos en esta ciudad que habíamos entrado, el desconcierto de ver dos calles que se cruzaban con el mismo nombre fue la perlita del recorrido: Alsina y Alsina, cerca de la plaza principal.
La Estación de trenes, el club Atlético Pellegrini, el Palacio Municipal y no puedo dejar de mencionarte dos construcciones dignas de conocer: la iglesia frente a la plaza y el matadero obra de Salamone.
Vas a descubrir más en el video!
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