Hablar de Don Juan Buszczac es hablar del fútbol infantil de la región, es hablar del Fútbol Club Saladero, es hablar de la Liga Amateur de Fútbol Infantil de la Ribera, es hablar de chicos,de compromiso, de crecimiento y educación. Es hablar de la historia de muchos niños que hoy son hombres, de muchas tardes de mate en una reposera con Miles de padres disfrutando de la alegría de sus hijos, es en definitiva hablar de la historia de esta ciudad.
Hoy lamentablemente se conoció su desaparición física y nació su leyenda. No habrá «canchita» en dónde alguien no lo mencioné al recordar o rememorar una historia. Porque «El Gordo» estaba en todas. Si alguien se quería quejar iba al gordo, si había un problema, iba al gordo, si a alguien le faltaba algo, siempre, pero siempre, estaba Juan Buszczak.
Para las buenas o para las malas, era el primero en llegar y el último en irse de la Liga o de su amado Saladero. Gritón, su vozarrón retumbaba en todos lados, pero después venía, pícaro, sonriendo, diciendo «ya está, se me escapó. Perdón».
Ese era Juan, con un corazón tan grande que no le cabía en su enorme cuerpo, «ya lo vamos a solucionar» decía y manoteaba el teléfono de «Díos» y aparecía al rato sonriendo y diciendo «Ya está».
Las Redes Sociales se llenarán de historias y anécdotas, pero está claro hoy Berisso llora una muerte, pero también presencia el nacimiento de una leyenda que permanecerá por siempre en toda la región.