La guardia aborigen se bautizó como «Guardia Comunitaria Indígena Washek» y proponen que en sus tierras sea el estado y los privados  los que acaten su justicia comunitaria.

Un foco de conflicto grave se ha suscitado en tierras chaqueñas, a partir de la creación de este ejército aborigen que intenta imponer sus propias leyes. Si bien los mandos aborigen niegan portar armas, una docente radicó una denuncia en sede policial manifestando que ingresaron al establecimiento educativo con ropa camuflada y armados. La comunidad está ubicada en los alrededores de Juan José Castelli.

 

 

 

En una proclama compartida a través de una red social la guardia Whasek expresa:

«Nadie habla con nosotros, pero todos comentan. 
Nadie habla con los niños de las escuelas con sus padres.

Que ahora se sienten más seguros por sus hijos.
Nadie dice que nuestra ropa es la impuesta por usted como reflejo de autoridad y respeto.
Nosotros buscamos eso respeto. Y no somos autoridad impuesta a la fuerza como ustedes, sino elegida y definida por la comunidad.
Quizás si nadie hace nada. Es por que todos estamos haciendo algo para cambiar nuestra realidad.
Hemos abierto ya los canales de comunicación.
La comandancia general Washek hablara por la voz del hermano Ariel, representante de la comandancia general de la guardia comunitaria indígena. 
A todos y todas les pedimos llámennos y hagan llegar nuestra voz a otros y otras.
Nuestro reclamo hoy es el reconocimiento legal y jurídico de nuestras guardias indígenas que solo tienen por objetivo el cuidado y la defensa de un territorio que el gobierno provincial nos ha entregado con título de propiedad.»

Desde el seno de la comunidad  en Castelli el movimiento se ve como un acto de insurrección, en tanto el gobierno analiza su legalidad dado que  la  “Guardia Comunitaria y Cuerpo de Bomberos de la nación Wichí” fue reconocida y declarada de interés bajo la ordenanza municipal 952/18 emitida por el Concejo Deliberante el pasado 2 de noviembre de 2018. La situación se polemiza cuando aparecieron fotos de integrantes de la guardia portando posibles armas de fuego. Una docente de la escuela  bilingüe de El Pintado. N°4 Benito Álvarez, aseguró que la “guardia comunitaria wichí, armados custodian y recorren las instalaciones del colegio”.

La docente denunciante se manifestó  sorprendida al ver “gente totalmente uniformada con ropa camuflada tipo militar, también pude ver que una de estas personas tenía en sus manos un arma de caño largo. Desconozco si es una escopeta o un aire comprimido, solo observé desde lejos que tenía un arma en sus manos”.

 

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