El mes de mayo se presenta con una serie de aumentos en diversos sectores que afectarán directamente el bolsillo de los ciudadanos. Desde servicios públicos hasta transporte y alquileres, los incrementos previstos generarán un nuevo golpe al poder adquisitivo en un contexto económico ya desafiante.
En lo que respecta a los servicios públicos, se esperan ajustes en las tarifas de luz y gas. Si bien el Gobierno Nacional anunció que los incrementos estarán por debajo de la inflación, cualquier suba representa un impacto considerable en los gastos mensuales de los hogares. A esto se suma el aumento ya confirmado para el agua en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El transporte público también sufrirá modificaciones en sus tarifas a partir del primer día de mayo. En el AMBA, tanto colectivos como subtes experimentarán un incremento basado en una fórmula automática que considera la inflación del mes anterior más un 2% adicional. Esto se traducirá en un costo mayor para quienes utilizan estos medios de movilidad diariamente.
Para los inquilinos, mayo también traerá novedades. Aquellos contratos que se rigen por la antigua ley de alquileres y tienen su ajuste anual en este mes, experimentarán un aumento considerable, cercano al 95%, según el Índice de Contratos de Locación (ICL). Por otro lado, los contratos firmados bajo la nueva normativa o con el índice «Casa Propia» tendrán ajustes diferentes, aunque igualmente significativos.
En resumen, mayo se presenta como un mes de ajustes económicos generalizados que demandarán una planificación cuidadosa por parte de los ciudadanos para hacer frente a los nuevos costos. La inflación persistente y la actualización de precios en diversos sectores continúan erosionando el poder de compra de los argentinos.