Este estudio interdisciplinario y federal, liderado por la Universidad Nacional de La Matanza, abarcó seis amplias regiones del país. Se enfocó en analizar los impactos de la pandemia, las medidas estatales implementadas para prevenir un aumento en la pobreza y el papel fundamental desempeñado por las mujeres de los sectores populares. Estos aspectos fueron identificados como elementos clave de investigación.
El concepto de seguridad alimentaria es fundamental y se refiere a garantizar que las personas tengan acceso a alimentos de buena calidad, en la cantidad adecuada y de manera segura y respetuosa desde el punto de vista social. Recientemente, se llevó a cabo un estudio interdisciplinario y federal, liderado por la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), para analizar la situación en relación a este tema, especialmente durante la pandemia.
Según Ianina Tuñón, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Departamento de Sociales y Humanidades de la UNLaM, en Argentina en particular existe un grave problema de malnutrición que se manifiesta en niños con sobrepeso y obesidad. Además, la inseguridad alimentaria está estrechamente relacionada con la pobreza y la indigencia. Antes de la pandemia, el país ya enfrentaba niveles significativos de pobreza que se agravaron aún más con la llegada del COVID-19.
El estudio liderado por Tuñón fue multicéntrico e involucró investigaciones y entrevistas en diversas regiones de Argentina, como La Matanza, Gran La Plata, San Rafael de Mendoza, Santiago del Estero, Entre Ríos, Córdoba y Río Negro. Según la especialista, todas estas regiones experimentaron situaciones de inseguridad alimentaria durante la pandemia y se vieron obligadas a buscar innovaciones en términos de alimentación.
La situación sanitaria crítica tuvo un fuerte impacto en la seguridad alimentaria de muchos sectores y familias. En ese contexto, las políticas de transferencias de ingresos implementadas por el Estado fueron clave, según destaca la investigadora. Entre estas iniciativas, Tuñón resaltó la importancia de la Tarjeta Alimentar, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Asignación Universal por Hijo (AUH), así como las políticas directas de ayuda alimentaria, como la entrega de cajas de alimentos.
A pesar de que la pandemia fue una situación extrema, la calidad de la alimentación no ha mejorado en el período postpandemia, afirma Tuñón. Existen desafíos estructurales que se observan en la alimentación infantil, lo que requiere una atención continua.
Las principales conclusiones del equipo de investigación indican que las prestaciones complementarias realizadas por el Estado evitaron que la situación de pobreza y necesidad empeorara en muchos sectores, pero no implicaron una mejora en la calidad nutricional de los productos. En este sentido, la investigadora resalta que tanto el gobierno nacional como los provinciales tienen el desafío de garantizar al menos una comida diaria para todos los niños, especialmente los más vulnerables, y ofrecer opciones alimentarias ejemplares y completas.
Una característica destacada en la conformación del equipo de investigación es la diversidad de disciplinas involucradas, como la sociología, la nutrición, la psicología, la educación física, la antropología, la demografía y la geografía. Según Tuñón, todas estas áreas de conocimiento realizaron valiosas contribuciones debido a la complejidad del tema, que tiene correlaciones con la situación socioeconómica y factores culturales y regionales que son fundamentales para generar cambios estructurales en términos de una alimentación segura.
El estudio formó parte del proyecto «Efectos del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio en el ejercicio del derecho a la salud en las infancias argentinas» y fue financiado por la Agencia Nacional de la Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), como un proyecto PISAC. Además, los resultados del estudio se publicaron en el libro «La cuestión alimentaria en tiempos de ASPO-COVID-19», presentado recientemente en la Biblioteca Leopoldo Marechal de la UNLaM. Se espera que esta obra sea una herramienta de referencia para la clase política y también para que los estudiantes puedan acceder a esta información de manera adecuada, contribuyendo así a una mejor gestión en este ámbito.