Mas de 60 locales vacíos en la avenida Montevideo, y una decena de comercios por mes cierran definitivamente.
La aguda crisis económica golpea al sector comercial de Berisso de manera inocultable. La poca venta y los altos costos se suman a la expectativa negativa de un cambio de rumbo económico por parte del gobierno. A partir de hoy sube un 32% la tarifa de energía eléctrica, prepagas, gas y transporte.
En una ciudad pequeña como la nuestra, las firmas comerciales se convierten con los años en mojones de costumbres, tradición y encuentro. Ver que ese lugar al que hemos ido a comprar desde hace tantos años baja sus persianas genera nostalgia y desasosiego. Pero esto no se trata de un articulo sentimental, intenta apuntar al corazón del problema que tiene origen en la política económica inviable para la actividad comercial, que generalmente son emprendimientos familiares que absorben mano de obra local.
No es menester tener un master en economía o estar graduado en una universidad renombrada para advertir que algo no funciona. Pese a los bonos recibidos por algunos trabajadores la ecuación no cierra, en la economía domestica la gran mayoría de los Argentinos redujimos los gastos para hacer frente al desmesurado aumento de los servicios de energía. Por ende hay menos pesos excedentes para gastar en indumentaria, esparcimiento o la compra de electrodomésticos. Ergo, los comercios de esos sectores se ven claramente afectados. Pero la situación es tan dramática que hasta los propios lugares de venta de alimentos están en terapia intensiva.
Tanto almacenes como carnicerías tienen una dramática caída en las ventas. pero por otro lado sustentan su fuerza de trabajo en la energía eléctrica que hoy se ha tornado impagable. Naturalmente los propietarios de los locales no quieren perder frente a la inflación, elevando sus pretensiones a la hora de poner precio al alquiler.Este cóctel explosivo viene creciendo desde la asunción del gobierno de Mauricio Macri, algunos resistieron con la esperanza en el famoso segundo semestre o la llegada de los brotes verde.
Mientras tanto en el camino van quedando quienes ya gastaron hasta sus ahorros para mantener abierto su negocio a la espera del » CAMBIO» prometido que nunca llega ni llegara. Las elecciones se avizoran demasiado lejos y con final abierto. En tanto muchos dirigentes políticos juegan a las escondidas a la espera que todo siga derrumbándose para incrementar sus chances de triunfo. En este juego perverso los perdedores están todo del mismo lado y son los que cada mañana se levantan temprano.